Treachery

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Hola y bien venido, antes que nada está es una historia creada para un reto, solo me dieron 48 horas para terminarlo pero estaba inspirada y ansiosa, así que sin más que lo disfrutes.

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Capitulo único.

—Alastor p... —dijo la princesa del infierno mirando al demonio que le daba la espalda.

—¿Por qué lo hize?, —dijo el mencionado quitándole las palabras de la boca. —¿Por qué los traicione?,... esas son preguntas algo curiosas querida. —

El demonio de la radio la miró sin dejar su posición frente al gran ventanal de su estudio de grabación, estiró su mano hacia ella invitandole a qué se uniera a él. Charlie miro la mano de afiladas garras que esperaba la suya, ella sintió una punzada de dolor al ver la acción que al principio solo fue un gesto amistoso, algo entre socios, y al final algo más. Ahora la acción carecía de cualquiera de esas intenciones, aún así ella la tomo, acrecentando aquel dolor. Alastor la jalo a su lado frente al cristal que reflejaba el caos en el infierno. La princesa miraba al suelo, solo pudiendo escuchar los gritos de aquellos pecadores, seres a los cuales no pudo salvar de si mismos. Y al igual que ellos todos en ese hotel se avían ido, no quedaba nadie exepto ellos dos.

—Ambos sabíamos que esto pasaría, solo que yo fui el único que lo supo desde el principio. —dijo mirando a la pequeña princesa.

—¿El único que lo savia?, o el único que arruinó todo ¡desde el inicio!. —exclamó la princesa encarando al demonio, sus lágrimas se juntaban en la raíz de sus ojos nublando por breves momentos su vista.

Charlie no podía holvidar aquellos intentos fallidos, las terapias que resultaron mal, y los pecadores que desaparecían de un día a otro dejando tras de si una carta. Y las peleas, ya sea con su padre o sus amigos, ella trato de ser la mediadora defendiendo estúpidamente al demonio frente a ella, y al final ellos también se avían cansado.

Alastor ladeó su rostro disfrutando de la agradable vista frente a él, sus ojos, esos tiernos he inocentes ojos rojos estaban llenos de furia, brillando en un hermoso y tentador carmín, sus rubios cabellos libres de cualquier atadura se movían con el poco poder que la princesa dejaba escapar devido a sus emociones. Una vista maravillosa, una de tantas que avía aprendido a amar de ella, avía visto tantas expresiones surcar su pálido rostro y aún sentía que no las avía visto todas

—Todos tenían razón sobre tí, al final no vales nada. —dijo dando media vuelta para alejarse de él, y tal vez pensar en como sacar de los escombros su proyecto.

Alastor tenso su sonrisa a la vez que jalaba de una cadena de color verde brillante que avía aparecido en sus manos, la princesa sintió el peso en sus muñecas seguido del fuerte tirón hacia atrás que le regreso a su lugar anterior. Charlie miro las cadenas que ataban sus muñecas,y  siguiendo los eslabones que brillaban intensamente hasta las manos del demonio de la radio, sus ojos se habrieron sorprendida y a la vez sintiéndose de nuevo estúpida.

—No me gusta hacer esto, y menos con un espécimen tan único como tú dulzura. —dijo algo molesto mientras tiraba más de la cadena para acercarla a él. —No me confundas con cualquier patético ser, creeme cuando te digo que esto no funcionará, tu no estás hecha para esto y lo sabes, —con cada palabra tiraba más de la cadena con la que la princesa luchaba para guardar distancia entre ambos —ninguno de esos patéticos seres quiere cambiar y es preferible dejarlos disfrutar de sus pequeños placeres. —

Charlie dejo salir un jadeo de sorpresa cuando el demonio de la radio la pego a su cuerpo y tomo sus rojas mejillas que se sentían mojadas al tacto, las lágrimas caían resbalando hasta las manos de Alastor quien veía el nuevo camino que tomaban por su piel hasta caer al piso, la presión en sus garras ocasionó leves cortes en la suave piel que no tardó en sangrar.

—Ho querida mía, no llores —dijo juntando su frente con la de ella. —esto no ha acabado, solo es un obstáculo que te impedía ver tu verdadero propósito, uno que tu padre no quiere que veas. —

Charlie negó con la cabeza serrando sus ojos, no le creía, ahora ya no, su sueño estaba destruido dejando solo aquella torre donde se encontraban y que era precisamente el estudio del demonio de la radio. Si no podía redimir demonios ella no savia para que más estaba ahí, todos la avían abandonado dejándola sola con aquel traidor que arruinó lo que más quería cuando tuvo la oportunidad. Todo lo que saliera de su boca ahora eran mentiras para la princesa, y lo peor era que en el fondo sentía amor por aquel ser, un amor estúpido que le pedía no ser aplastado y que rogaba por darle una oportunidad más.

—Todo estará bien, apartir de ahora seremos tu y yo dulzura. —dijo bajando la fuerza con la que estiraba la cadena. —ya verás que lo que hize es por tu bien, apartir de ahora todos conocerán a la verdadera princesa del infierno. —

Charlie por fin abrió sus ojos para mirar a aquel demonio, se sentía traicionada y le dolía, pero no fue lo suficientemente fuerte a comparación con los sentimientos hacia él, sus mejillas se sonrojaron y aquella voz de su interior gritaba diciendo que todo estaría bien, y que lo que él tenía planeado era lo correcto.

—Te odió. —susurró dejando salir más lágrimas.

Alastor disminuyó su sonrisa mirando de nuevo aquellas emociones en caos dentro de ella, siendo su favorita de entre todas y la que marcaría su vida a partir de ese momento.

—Eso ni tú te lo crees querida. —dijo al final antes de juntar sus labios con los de ella, sintiendo el sabor salado de las lágrimas y los esfuerzos de la princesa por alejarse de él.

Alastor apretó más esas mejillas que siempre lo tentaron para apretarlas y marcarlas como de su propiedad. Charlie fue liberada de aquel beso agresivo dejándola respirar por fin, y ver al demonio que aún sostenía las cadenas que los unían, resignada a confiar de nuevo en aquel traidor que lo arruinó todo, volvió a mirar al piso cansada.
El demonio de la radio suspiro levemente tomando un mechón de cabello dorado entre sus garras, él aria que aquella criatura recordara lo que era ser salvaje y libre, el hotel solo era un obstáculo insulso, una idea ajena metida en la cabeza de la princesa, él  la guiará en su nuevo camino y ambos estarían por encima de todos al final del día.

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Bien ¿Que les pareció?, dejen su comentario y su ⭐ que me alegras el día. Sin más saludos, abrazos y hasta la siguiente. Chao.


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