Con el diablo adentro •KookV•

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TAEHYUNG

- Disculpe.  ¿Podría decirme dónde puedo encontrar a Jeon Jungkook ?  Recibí una llamada diciendo que estaba aquí.

La mujer mayor detrás del escritorio se subió las gafas por la nariz y tecleó en su computadora.  Tenía fácilmente sesenta años, con profundas arrugas alrededor de la boca y los ojos.  Su cabello todavía era mayormente oscuro pero corrido con plata.  Tenía la piel morena clara y una agudeza en su mirada que me decía que todavía estaba en su juego.

- Jeon Jungkook .  Sí, aquí está.  Ha sido admitido en el cuarto piso.  Ese es un nivel seguro.  La visita termina en una hora.  Tome el ascensor.  Saldrá a un área pequeña fuera de la sala.  Tendrá que llamarlos desde allí y lo guiarán a través del proceso para una visita.

Mi sangre se drenó mientras ella explicaba.  Todo lo que sabía era lo que me había dicho la recepcionista del médico de Jungkook .  Lo habían enviado al hospital de VIC y quería que yo lo supiera ya que éramos amigos.  Cuando le pedí más detalles, ella se mostró reacia a compartir, citando la confidencialidad médico-paciente.

Amigos.  Después de todo lo que había pasado durante el fin de semana, estaba sorprendido de que Jungkook  me llamara así.

Le di las gracias a la mujer detrás del mostrador y me dirigí a la fila de ascensores.  El viaje fue demasiado silencioso.  No había música bombeada, y la quietud animó a mis pensamientos a rebotar por todas partes.  Había sido difícil terminar el trabajo después de recibir la llamada esa mañana, pero no podía irme temprano y arriesgarme a que no me pagaran por el día.  Necesitaba el dinero más que nunca.

¿Qué ha pasado?  ¿Estaba Jungkook  bien?

Los destellos del bisturí y su muslo cortado me revolvieron el estómago.  ¿Qué iba a encontrar?

Le envié un mensaje de texto a Amanda desde el trabajo y le dije a dónde iba.  Parecía preocupada y me pidió que la mantuviera informada.

Me picaba la piel, pero evitaba saciar mis adicciones cada vez mayores, no queriendo llegar al hospital drogado por demasiadas pastillas u oliendo a alcohol.  Ya fue suficiente.  Esa mierda necesitaba parar aquí y ahora.

Un suave pin anunció mi llegada.  Las puertas se abrieron en una habitación pequeña y austera que no tenía más de diez por diez con algunas sillas a cada lado y una puerta de acero frente a mí.  Un hombre se sentó en una de las sillas, con los codos en las rodillas y la cabeza gacha.  Levantó la vista cuando las puertas del ascensor se abrieron y me obsequió con una débil sonrisa.

Cuando miré a mi alrededor con incertidumbre, hizo un gesto hacia un panel en la pared al lado de la puerta.

- Tienes que llamar si quieres hablar con alguien adentro.

- Gracias.

Estudié el panel y pulsé el único botón.  Un altavoz chapado en acero estaba al ras de la pared a la altura de los hombros.

- ¿Puedo ayudarte?  vino una voz metálica desde el intercomunicador.

- Um, sí.  Estoy aquí para ver a Jeon Jungkook .  Recibí una llamada diciendo que fue admitido.

Hubo una larga pausa.  No estaba seguro de que me hubiera escuchado y estaba a punto de repetirme cuando un crujido de estática detuvo mis palabras.

-  A cada paciente solo se le permite un visitante a la vez.  Jungkook  está actualmente con alguien.  Voy a tener que pedirte que esperes.

- Oh.  Seguro.  No hay problema.

Hubo un clic.  La estática murió, y me quedé mirando el deslucido altavoz, preguntándome quién estaba con él.  El miedo subió por mi garganta cuando consideré que podrían ser sus padres.  ¿Debería irme? Metiendo mis manos en mis bolsillos, examiné la habitación, indeciso.