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Agradecía haber encontrado la solución al pequeño inconveniente que tenía pero...¿Ahora como le explicaba a su pequeño que tendría que dejarlo en un lugar nuevo?

No es como que Yuji fuese un niño complicado, solo que temía que este se asustase...

Su preocupación se esfumó en cuanto vio cómo su hijo corría emocionado hacia su pequeño amigo y su "tío". Ciertamente Nanami no toleraba al peliblanco pero, Yuji lo adoraba.

Dos noches atrás.

Esta vez no puedo, justo debo trabajar, lo siento, Nanami.

El rubio con algo de frustración talló su rostro para dejar salir un suspiro de resignación y volver a hablar.

Está bien, Satoru, que tengas buena noche—a punto de colgar escuchó la escandalosa voz de su dudoso amigo.

—¡Espera! Tengo una idea—estaba de más decir que le asustaba que clase de idea que propondría el peliblanco—¿Te acuerdas de nuestro director de preparatoria?

—¿El director Yaga?

¡sí! Ese.

—¿Qué pasa con él?

Pues, que ahora es director en una primaria muy buena.

Nanami alzó ambas cejas a causa de su sorpresa. Sorprendía el hecho que de ser director de una preparatoria pasó a ser uno de primaria. Recordaba que su director carecía de paciencia con Satoru, quien era como un adolescente mezclado con una gran cantidad de niños revoltosos.

Pasó que su esposa lo hizo ser director de una para mayor cuidado de su hijo.

Quizá sí era bueno con los niños y el verdadero problema era Satoru. Metiéndose todo el tiempo en problemas.

-Deberías considerar llevar a Yuji, Megumi asiste a ese lugar y sus padres están encantados-Nanami quedó en silencio observando los papeles de su trabajo regados por su escritorio. Después de unos cortos minutos tomó una hoja en blanco junto a un bolígrafo para anotar.

-Dime la dirección.

Actualidad, 8:30 am.

Adoraba el llegar por la mañana sus clase y ser recibida por la armoniosa bienvenida de sus pequeños alumnos. Un "buenos días maestra" bastaba para llenarla de motivación y comenzar su día con un buen humor.

-Buenos días, Maestra.

Imagina ir con la seguridad de que tus lindos alumnos te saluden y en realidad ser recibida por el director de la instalación, el cual suele ser bastante serio.

-Director, buen día-Saludó acercándose a su escritorio para colocar su maletín con su material de trabajo-Buenos días, orugitas.

-¡Buenos días maestra!-Amaba escuchar como algunos de sus alumnitos arrastraban las palabras o no terminaban de mencionar la r.

Al observar al director vio como un pequeño a su lado la observaba fijamente con curiosidad y una de sus pequeñas manitas jugueteando con su naricita. Al lado de él un pequeño pelinegro el cual conocía a la perfección.

-Hoy se integra un nuevo niño a su clase, espero puedan recibirlo de manera amable-Habló para todos el director con una amigable sonrisa apenas notable. Observó a la (c/p) para asentir y retirarse sin más.

-Holaa, es un gusto recibirte, mi nombre es __ y seré tu maestra a partir de hoy- La mayor se agachó a la altura del pequeño para presentarse con una cálida sonrisa y acariciando sus curiosos cabellos rosados-¿Podrías presentarte para todos?-El de ojos cafés observó a la maestra con un pequeño sonrojo para asentir y quitar su manito de su cara.

-Me llamo Yuji... y tengo 5 años, mi papá dice que ya soy grande-Observó a todos con una sonrisa aunque algo nervioso, se apego a la pierna de __ y la observó. Recibió una sonrisa de su parte para indicarle su asiento y que pudiese ir junto al pequeño Megumi a sentarse. Haría de esa una mañana divertida para el nuevo integrante.

-¿Cómo te fue?-El cansado hombre observaba al pequeño desde el espejo retrovisor con una sonrisa esperando a que este le contase su divertido día

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-¿Cómo te fue?-El cansado hombre observaba al pequeño desde el espejo retrovisor con una sonrisa esperando a que este le contase su divertido día.

-¡Estuvo genial! Mi nueva maesta es muy divertida, y es bonita-Rio mientras tapaba su boquita con sus pequeñas manos y achicaba sus ojitos. Su padre rio volviendo su vista al camino-Y cuando llegamos a casa de Memi jugamos a los piratas.

—Entonces... ¿Te gustó el lugar?—El hombre escuchaba atento todo lo que le contaba su pequeño, cada detalle era importante para cuidar la comodidad de Yuji.

-¡Sí! ¡El tío satoru conoce muchos lugares divertidos!-Aplaudió con emoción. Esas palabras habían logrado tranquilizar a Nanami, siempre procuraría la felicidad de aquel niño que era su vida.

 Esas palabras habían logrado tranquilizar a Nanami, siempre procuraría la felicidad de aquel niño que era su vida

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⏰ Última actualización: Mar 28 ⏰

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TEACHING | NANAMI KENTODonde viven las historias. Descúbrelo ahora