Capítulo 23

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Dos largos y agotadores días habían pasado desde la salida grandiosa que tuve con Jang-mi y Jungkook, este último estaba de lo más raro, muy cariñoso y amable, cosa que me hacía sospechar de que sucedía algo.

— ¿Jungkook?— pregunto al llegar a la cocina por un vaso con zumo de naranja, notaba al chico mover con un cucharón un tipo de sarsa blanca en la sartén.

Estaba tan concentrado, con el entrecejo fruncido y la mirada clavada en la sartén, no mueve ni un músculo y es gracioso. No se asusta con mi voz y me sorprende por lo concentrado que está.

— Hola, Honey — saluda sin darme una mirada y caminó hasta él, curiosa por saber qué hacía en mi hermosa y bien cuidada cocina.— ¿Acabó la serie esa?

Toda la tarde de este jueves, después de llegar del instituto, había tomado un baño, me había puesto el pijama y me había puesto a ver una serie recomendada por mi queridísima Nari, dejando de lado a Jungkook.

— Nop, me he aburrido y me ha dado hambre, ¿Qué haces aquí? Tienes prohibido el pase a esta zona de la casa.— bromeo y observo como apaga la olla de al lado, pone su brazo derecho contra mis pechos y me hace retroceder, confundida por su acción observo.

— Shh… Estoy en mi mejor momento como cocinero.— destapa la olla y el humo sale al instante, no llega a tocarme por qué se ha tomado el tiempo de alejarme.— Deja de mirarme, me pones nervioso.

Su confesión me hace sonreír y muevo los pies alejándome de su lado, me coloco tras él y lo abrazo por la cintura pegando mis pechos a su espalda. Se tensa y suelto una risita baja que lo hace estremecer.

— ¿Nervioso?— pregunto inocentemente.

— Joder, Honey… Me desconcentras…— balbucea cuándo dejo un pequeño beso en su nuca, me alejo de él y suspira con alivio.— ¡Mierda!— suelta un gemido de dolor y ha chocado el filo de la olla caliente al intentar voltear a verme.

— Esto no es lo tuyo, definitivamente.— niego observando como se dirige al lavaplatos abriendo la llave mojando la zona afectada.

— Habló la que me distrajo, joder ji-yoon… Me estoy esforzando en hacer una cena digna y me distraes… Eres cruel.— se queja y sonrío divertida.

— Hoy no es mi cumpleaños, ¿Por qué has decidido cocinar? ¿Eh?— pregunto y me ignora, cierra la llave y se acerca a ver la sarsa blanca.— Jungkook, no me ignores.

— Lo diré luego de cenar.— dice sin más y bufo, odiaba que me dejarán con la duda Pero me tocaba ser paciente.— ahora Honey, aléjate que puedes salir herida.

— No soy tú.— bromeo y me da una primera mirada sonriendo.— ¿De dónde has sacado la receta?, ¿De los tutoriales?

— Es un secreto.— apaga la estufa y se coloca esos guantes que se usan para el horno, agarra la olla y se va a colar los fideos.— Es lo único que está saliendo bien, creo que no necesitaré hacer una orden de pollo frito.

— Realmente espero no ir de emergencias al hospital por intoxicación.

— Nadie irá al hospital, no seas pesimista.— se queja y ruedo los ojos.— Confía en mí, ve a preparar la mesa, esto ya está.

— Valeee, señor chef.

Preparé la mesa tal y como lo pidió, esperé unos minutos y a los minutos apareció con dos platos con pasta de sarsa blanca, niego con la cabeza cuando me guiña un ojo y coloca el plato frente a mí.

— Provecho, Honey.— dice cuando está sentado frente a mí.

— provecho Jungkook.— observo el platillo y me animo a dar una probada, saboreo detenidamente y Jungkook está concentrado en mi reacción mientras come.

𝐇𝐀𝐏𝐏𝐈𝐄𝐑Donde viven las historias. Descúbrelo ahora