Año tras año, Charlie se había encargado de celebrar su aniversario a lo grande, dándole un sinfín de sorpresas a Vaggie cuando el calendario marcaba aquella fecha tan especial para ambas; el día en el que oficializaron su devota relación.
Hoy, era ese día, pero por alguna extraña razón, Charlie se encontraba encerrada en su habitación sin haberse atrevido a salir durante toda la mañana. Incluso los demás huéspedes presentían que, quizás, había un problema con la impetuosa princesa.
Y aunque Vaggie había intentado entrar en su alcoba, la cual compartían desde hace tanto tiempo, no consiguió que su novia le abriera la puerta; sólo sentía el silencio cuando intentaba escuchar lo que sucedía dentro del cuarto. Aun así, trató de restarle importancia. Pensó que tal vez, Charlie estaba ideando otro de sus ajetreados proyectos para sorprenderla como hacía en cada aniversario de su noviazgo.
No había nada de qué preocuparse, antes se había ausentado de esa manera para, seguidamente, provocarle un susto con el obsequio que se traía entre manos.
Al bajar las escaleras y observar la angustia de sus compañeros, sobre todo la expresión acongojada de Sir Pentius, sonrió genuinamente para transmitir la calma que ella misma sentía. Después de todo, Vaggie la conocía mejor y más que nadie, casi a la perfección.
—Bajará en un rato —afirmó segura, encaminándose a la cocina dispuesta a preparar un postre dulce para la princesa; no planeaba quedarse atrás en esa pequeña competencia de mostrarse afecto.
Cuando se retiró, Angel y Sir Pentius miraron a Husk y a Nifty. Todos se encontraban en el bar, con la única diferencia de que, los trabajadores, actuaban sutilmente extraño tratando de evitar esas miradas furtivas que los huéspedes les dirigían con cierta intensidad.
—¿Dónde está el señor sonrisas? —finalmente preguntó Angel, una pregunta directa a Husk dado que Nifty aprovecho la más mínima distracción para huir del lugar.
—No lo sé y no me interesa.
—¿Por qué siento que estás mintiendo?
—Maldición, cree lo que quieras —bufó centrándose en limpiar el vaso que sostenía con más fuerza de la necesaria.
—Husk, ¿qué carajos está pasando? —insistió evidenciando su molestia—. No te atreves a mentirme, dulzura.
El bartender no contestó, sin embargo, terminó por romper el vaso que había estado sujetando en su mano. La incomodidad que sentía, lo traicionó y no logró evitar actuar con la naturalidad que esperaba.
—¿Tiene que ver con lo vimos anoche? —preguntó Sir Pentius entre un suave siseo, casi un susurro que no quería pronunciar por el temor de aquello que no quería insinuar.
El día anterior, Angel y Sir Pentius, caminaron en dirección a sus habitaciones pasando como siempre por el pasadizo que unía los cuartos de todos los residentes.
Nada fuera de lo común, al menos, no hasta que se toparon con la silueta de Alastor silenciando a Husk y Nifty. A penas un gesto imperceptible a esa distancia, un dedo en frente de la boca y un " shh" casi silencioso; todo, delante de la puerta que le pertenecía a Charlie.
Él desapareció en la oscuridad y ambos cómplices, huyeron del lugar sin atreverse a comprobar quién más podía haberlos visto; por un momento, a pesar de la insólita situación, ellos no sospecharon de lo sucedido optando por continuar con su camino.
Sin embargo, Vaggie salió de otra habitación más alejada de donde usualmente dormía.
Intrigados, sobre todo el artista pornográfico, le preguntaron a la joven qué hacía ahí y no en el lugar que le correspondía, al lado de su querida princesa. Ésta sólo se limitó a responder que, a razón de su aniversario, Charlie le solicitaba con una semana de anticipación que cambiara de cuarto, dado que de esa manera no vería la sorpresa que estaba creando para ella.
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Aniversario.
Fanfiction«Una sola traición basta para desconfiar hasta de lo más leales.» Reto del grupo Charlastor en Facebook. Advertencias: - Infidelidad. . . . . Escrito por diversión y publicado sin ánimos de lucro. La serie y los personajes no me pertenecen, todos lo...