El canto de los pájaros y el sonido del río al fluir la despertó. Abrió sus ojos lentamente, con ese toque somnoliento típico de quien ha dormido demasiado.
Miró a su alrededor con lentitud, percatándose de la presencia de su hermana, profundamente dormida en un sofá rojo.
Riliane se sentó en la cama. Miró su cuerpo de arriba a abajo. Tenía un par de vendas en las piernas y algunos rasguños en los brazos. También llevaba un vestido suelto de color azul marino, muy diferente al que tenía la última vez que estuvo consciente.
-No te levantes tan rápido -. Su hermana Camila se despertó. Se acercó a Riliane-. Estuviste mucho tiempo dormida, podrías caerte.
-¿Exactamente cuánto tiempo estuve dormida? -preguntó Riliane. Miró por la ventana, había un pequeño pájaro amarillo.
-Tres días. Felicidades, lograste preocupar a toda la familia -dijo Camila. Aunque sonaba como un reproche, a Riliane le dio gusto que se preocuparon aunque sea un poco por ella, y le dio más gusto al ver el rostro preocupado de su hermana.
-Perdón. Y gracias por cuidar de mí, Diana.
Su hermana le frunció en ceño y se dio la vuelta. Riliane sonrió y siguió evaluando la habitación. Estaba en la cabaña, sin duda. Era el cuarto de su tía Lily Rosé.
-¿Cómo llegué aquí? -preguntó.
-Larga historia. Será mejor que salgas y lo veas por tu cuenta. Pero mejor que sea más tarde, descansa un poco más -le dijo su hermana-. Te traeré sopa, espérame.
Camila salió de la habitación.
Riliane se asomó por la ventana y pudo ver más de cerca el río. El pájaro amarillo bebía agua, emitiendo un dulce canto. Los ojos de Riliane desviaron su camino al ver un automóvil estacionado al lado del árbol. Era el de Ayn.
Rápidamente se puso los zapatos y salió de la habitación. Y lo que vió, hizo que se quedara con la boca abierta.
En la sala de estar habían varias personas. Su hermano y tía, hablando con dos muchachos. Sus sobrinos Ren y Lin jugando con una niña de coletas rizadas. Su tía Lily Rosé, sirviendo sopa en varios tazones con la ayuda de la señora Scarlet y su hermana. Gumillia admirando las flores amarillas y su padre sentado en el sillón mientras hablaba con Ayn.
Cuando se dieron cuenta de la presencia de Riliane, todos se quedaron en silencio.
La joven rubia caminó lentamente hasta quedar al centro de la sala.
-Mi querida Rin... ¡Mi niñita! ¡Estás bien! -exclamó Lily Rosé, corriendo a abrazar a Riliane-. ¡Nos tenías tan preocupados! ¡No vuelvas a irte así!
Lily Rosé abrazó con fuerza a Riliane, llorando lágrimas de felicidad y repartiendo besitos en las mejillas de su sobrina recién llegada.
Riliane sonrió y también abrazó a su tía con gusto. Cuando por fin la soltó, Riliane caminó hasta donde sé hallaban su padre y Ayn. El castaño se levantó con rapidez.
-Señorita Riliane -dijo él, formal-. Me alegro de que esté bien.
Riliane sonrió, le daba gracia que Ayn se dirigiera a ella como si fuese una princesa. Por otro lado, miró a su padre, quien tenía su rostro serio como de costumbre. De inmediato la sonrisa se borró del rostro de Riliane y se convirtió en una mueca de tristeza.
-Ven conmigo, Riliane -le dijo su padre. Él se levantó y caminó hacia la salida, ante la mirada espectante de todos. Riliane le siguió.
Su padre se sentó debajo de un roble, e invitó a Riliane para que se sentara a su lado.
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El Karma Del Mal No Terminará (continuación de Story of Evil)
Hayran Kurgu¿Qué hacer si no tienes propósito? ¿Qué tal si ya no tienes nada qué perder? Eso es lo que se planteó la protagonista, quien, al tener una vida aburrida, decide salir en busca de una valiosa joya que su abuela recuerda y así tener la aventura que si...