Su pecho subía y bajaba víctima de la adrenalina que sentía, su piel morena temblaba sin cesar y sus lágrimas caían como cascadas de sus inocentes orbes azules mientras abrazaba sus piernas suplicando no ser encontrado en su improvisado escondite bajo la mesa.
Silencio, no podía oír absolutamente nada y eso más allá de darme algún alivio lo aterraba.
Claro, hasta que la metálica puerta se abrió y sus pasos le demostraron que estaba allí.
— Oye, ¿estás aquí?, vamos no debes esconderte de mí. — La oyó decir en un tono que lo hizo temblar.— sólo será un momento, ¿sí? podemos arreglar esto.
Aquella persona siguió caminando a los alrededores durante unos segundos que le parecieron una eternidad, hasta que unos zapatos blancos levemente sucios se posaron frente a la mesa y se mantuvieron allí por un minuto.
Lo había encontrado...
— ¡Ahí estás! —Exclamo.
Un grito aterrado salió de su garganta al encontrarse con el rostro sádico de aquella mujer que sostenía una gran aguja con un líquido azul brillante en su mano y resto de lo que parecía sangre descansaba en su mejilla izquierda.
— Oye, no te asustes, ¿por qué te fuiste así de repente? estábamos hablando.
— ¡Déjame en paz de una vez, estás jodidamente demente! — Gritó.
Hanji inclino su cabeza a un lado cuál cachorro confundido ante el terror de aquel sujeto, hasta que la puerta del laboratorio se abrió dando paso a su pequeña asistente pelirroja.
— Oh, Nifa.
Al instante, el chico salió cuál bala de debajo de la mesa dejando caer parte de los contenedores en las mesas y golpeando el hombro de Hanji en el proceso de huida.
— ¿Qué sucedió? — Preguntó Nifa con preocupación.— Y más importante... ¿qué le pasó en rostro, jefa? ¿está bien?
— Sí, sí, no te preocupes. Accidentalmente derrame un poco de las muestras sanguíneas y me manche el rostro, estaba por venir a comenzar la fase de prueba con el voluntario y lo encuentro aquí blanco del miedo.
— Déjeme ayudarle.
Nifa dejo sus papeles sobre la mesa y se acercó a su jefa, sacando de su refinado atuendo formal una toallita para entregarla a la mujer castaña.
— Te lo agradezco. — Expresó tras un suspiro, tomando asiento frente a una de las mesas mientras limpiaba su rostro con pesadez en sus ojos.— Ya es el quinto este mes, Nifa.
— El señor Smith preguntó por usted toda la mañana, Zackley vendrá dentro de poco para ver avances.
— Lo sé, lo sé... pero es complicado, la ciencia no se construye en un día, mucho menos cuando todos los voluntarios se niegan a trabajar conmigo.
— Bueno, es que tal vez usted... sea un poco hostil con ellos. — Soltó con sinceridad.
— ¿Hostil? no lo entiendo, les he dado a todo lo necesario para que vivan bien.
— No me refiero a eso, jefa.
Nifa suspiró con pesadez, dejando atrás el temor a expresar el punto que tocaba para volver a tomar sus papeles en dirección a Hanji.
— He hecho el conteo de todos los voluntarios que ha tenido este año, 24 desistieron antes de ser tratados y sólo 5 decidieron proseguir con el proceso hasta la mitad.
— ¡Exacto! No tiene sentido.
— Claro que sí, a dos de ellos les reemplazó algún órgano vital y a los otros tres los dejo en peligro de muerte por unos meses. — Finalmente dijo.— No puede seguir haciendo eso, Hanji. Sabe lo que ha dicho el señor Smith.
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Callejón 54 ~ Zekehan
FanfictionHanji Zöe es una científica trabajadora en una de las empresas farmacéuticas más importantes del país, excéntrica y extremista en sus proyectos, nadie quería trabajar con ella debido a su mala fama hasta que gracias a una mala interpretación de pala...