El Circo Morningstar | [HuskerDust]

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"El Amigo"

La pequeña Charlie se encontraba en su habitación jugando con sus muñecas andaba con su bata de color vino, la cual era su favorita, y con su cabello en una pequeña colita con su broche de manzana que le había regalado su papá, Charlie se la pasaba en rincón y rincón de su habitación jugando, con su caballo, muñecas y uno que otro patito que se llevó de la oficina de su papá.

La pequeña se cansó de tanto correr por la habitación que terminó sentada en el piso y se recostó en la cama mientras agarraba los patitos y los veía. Se quedó con ambos patos en sus dos manos uno tenía un sombrero blanco con una manzana y el otro tenía dos cuernos del color de su bata, estaban curvados y el cuello del pato tenía un pequeño collar de perlas, claramente eran sus padres.

Charlie vio al otro patito que estaba por su pie, en cambio ese tenía un pequeñito broche de manzana, dando a entender que era la pequeña, en ese momento Charlie pensó en hacer algo similar salió de su habitación y se dirigió a la oficina se su papá, cómo Lucifer había salido por asuntos del infierno, Charlie aprovecho para ir. Al estar frente a la puerta la empujó para su suerte no estaba cerrada por completo, entró por completo.

–¿Qué buscas manzanita?– Charlie se asustó al escuchar la voz de su papá a sus espaldas a lo que se giró– Nada papá– mintió, para después darle una pequeña sonrisa.

Lucifer solo le alzó la ceja buscando que la pequeña le diga que hacía ahí cosa que siempre funcionaba– Buscaba algo– dijo en un susurro. El más alto soltó una risa y se acercó a su hija para después agacharse y quedar a su altura– ¿Es otro de mis patitos, cariño?– preguntó, Charlie asintió sabía muy bien que a su padre no se le escapaba nada y más si tenía que ver con patos, al parecer tenía todos los que hacía contados.

Al ver que Charlie quería otro, hizo aparecer uno en su mano para después dárselo a la princesa– ¿Qué harás con este?– Charlie agarró el patito con sus pequeñas manos y miró a su padre– Quiero hacer a alguien, así cómo los otros tres que tengo.

–Así que tú te llevaste esos tres, eres una manzanita traviesa– se rió, agarró a Charlie en sus brazos para salir de la oficina– ¿Puedo saber a quién quieres hacer?.

–¡A una araña!– dijo con emoción. Con eso Lucifer sabía a quién se refería– ¿Tanto te gustó esa araña?. Charlie solo sonrió para después mirar al patito.

Había pasado solo una semana desde que el circo se incendió, Charlie aún recordaba el espectáculo de Anthony el cómo el aro de plata brillaba ese día y cómo ambas arañas sonreían al volar por el aire, algo que a Charlie le gustaba de ambas arañas, era el simple hecho de ver cómo se sentían libres.