Hazbin Hotel no me pertenece, es propiedad de Vivzie Pop (Vivienne Medrano), yo sólo tomo prestado a los personajes para fines de esta historia.
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Husk retrocedió un paso por precaución, la oscura voz de Alastor le provocó un violento estremecimiento. El demonio de la radio se había materializado justo frente a él bloqueando el paso, con esa siniestra sonrisa de antaño que no prometía nada bueno.
—Es de muy mala educación espiar conversaciones privadas, mi querido Husker. —con las manos en la espalda y una estoica elegancia, Alastor avanzó no uno, sino dos pasos hacia su inadvertido sirviente.
Decir que la molestia ante tal osadía escaló peligrosos peldaños era poco, pues la incipiente necesidad de dejar las cosas en claro y cerrar la boca de ese entrometido era lo primordial. El demonio de la radio fue consciente de la presencia de Husk desde el principio, pero aun así decidió seguir con su pequeña transacción con el ángel exiliado y ocuparse de su pequeño y molesto amigo después. Él ni siquiera necesitaba preguntar lo que el demonio gato pretendía, ya que por su expresión de alarma lo supo exactamente. ¡Ha! Qué iluso.
La persistente aversión y molestia de Husk hacia su persona no era exactamente un secreto para Alastor, él sabe que a pesar de poseer el alma del infortunado demonio gato, eso no es una garantía de tener también su simpatía. El hecho de estar a su “disposición” justo en este momento no se debe a otra cosa que a un vil soborno que implicó la promesa de una dotación de licor barato, ni más ni menos. La camaradería o incluso la lealtad eran dos conceptos inexistentes (a menos que fuese por medio de la fuerza e intimidación) en esa cuestionable asociación.
La traición siempre estuvo a la vuelta de la esquina ante cualquier pequeña oportunidad.
—Vete a la mierda, condenado idiota —Husk escupió sin miramiento alguno y con una inyección de adrenalina que le hizo olvidar por un momento con quién estaba hablando. Grave error—. ¿Qué carajos crees que estás haciendo? Has hecho un trato con el enemigo. —su mirada se estrechó en el demonio de la radio con picante y agresiva acusación.
La sonrisa de Alastor sólo creció mientras saboreaba el pánico escondido en el tono de Husk. Él sabía perfectamente lo que estaba haciendo y por qué lo estaba haciendo, no necesitaba molestos obstáculos en su camino.
Aun así, el demonio de la radio no se molestó en responder a la cuestión de Husk y se limitó simplemente a encogerse de hombros con fingida inocencia, lo que sacó aún más de quicio al demonio gato. ¿A qué demonios estaba jugando? Él no lo sabía y estaba más que seguro que ese bastardo no le daría explicación alguna, sin embargo …
—Si la princesita se entera de esto… —Husk vociferó su amenaza sin siquiera tomar en cuenta las consecuencias de su temerario actuar.
Consecuencia que por supuesto no tardó en llegar cuando la sonrisa de Alastor vaciló ligeramente para después hacerse amenazante al acortar la distancia entre ambos.
—¿Estoy escuchando acaso una absurda y temeraria amenaza, Husker? —la mano de Alastor avanzó lentamente hacia la garganta del demonio gato, clavando sin contemplación sus afiladas uñas en la carne del pecador y deleitándose con el siseo de dolor que escapó de los labios de su indefensa victima—. No hay manera de que mi querido corderito se entere de esto a menos que alguien le diga, y ten por seguro que no seré yo o incluso Vaggatha la que le cuente sobre su pequeño secreto.
Los pies de Husk colgaron en el aire cuando Alastor lo levantó como si no pesara absolutamente nada y lo dejó suspendido, cortándole la respiración. Pequeñas gotas de sangre provenientes del desgarro en la piel del demonio gato mancharon el suelo adoquinado del poco iluminado pasillo en el que se encontraban. Esa era una certera advertencia y el demonio de la radio tenía que dejarle muy en claro a su insolente subordinado lo que pasaría si se atrevía a abrir la boca ante Charlie.
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Oportunidades y secretos.
FanfictionLa mirada de Alastor se encontró con la de Charlie en un silencioso intercambio y la palabra "impresionante" no pudo alcanzar a describir la sensación que le provocó la mezcla de luz y oscuridad en aquella insondable y misteriosa mirada. La conexión...