CAPÍTULO: SEIS

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ASH

El humo del cigarrillo salía lento de mí boca, no soy fan a hacer estás cosas pero en este momento era necesario, solo lo hago en ocasiones especiales, y ahora era una de estas situaciones, estaba frustrado, no, estaba aterrorizado, no sé que podrá hacerle Natalia a "él".

Las calles en están completamente en solitario. Solté el cabo por la ventanilla del coche. No tengo dirrección exacta a dónde voy, pero tenía que alejarme y despejarme por un rato.

El recuerdo de hace unas horas invade mi mente y trato de empujarlo pero es totalmente imposible ¿Cómo esa chica puede tener tanto poder sobre "él"? A claro su padre es él dueño y ella es su princesita.

—Sera mejor que te vallas  acostumbrando a algunas pérdidas.

Aprieto mis puños en el volante y muerdo la coronilla de mis mejillas. No sería capaz ¿O sí?

Hace unas semanas le lleve algunas medicinas, él no me vio pero supo que yo estaba ahí.

Sin darme cuenta estaba de frente con los restos de la casa de los Hall, hacia dos días que una explosión inexplicada, destruyó está mansión, por suerte no hubo heridos y no perdieron muchas cosas de valor ya que los dueños se habían ido de la ciudad para cerrar unos negocios y les dieron vacaciones a sus empleados. No conozco mucho a esta familia, solo se que los domingos por las tardes toman el té con mi madre.

Avanzo lentamente tratando de olvidar mi enojo o tal vez solo calmarlo.

ALEX

Seguí el coche de Ash desde lejos, ¿Por qué la dirección de su casa estaría en uno de esos recortes? El no parece un mal chico ¿O sí? Bueno egocéntrico sí es, pero... ¿matar a una persona? No, claro, él no pudo asesinar a nadie, apenas tenemos cuatro años de diferencia.

¿Qué hay de sus padres? Ellos si son lo vastante mayores para cometer alguna atrocidad.

Algo no esta bien con ese chico, lo he visto en sus ojos varias veces, casi siempre emanan frialdad y otras veces lo refugia con una sonrisa burlona, es difícil leer su expresión y más si no quiere que sea leída.

Freno la moto en seco cuando veo que está estacionando su auto cerca de un "Club" que reconozco muy bien: La Noria.

Me saco el casco, y me arreglo el cabello mirándome por el retrovisor, ajusto mis vaqueros y le saco un poco de provecho a mis tetas arreglando mi escote, Que ridícula, me dije a mi misma cuando me percate del logo de la blusa: Soy extremadamente sexy.

Camino en zancadas largas, hasta llegar a la entrada, el olor característico del lugar inunda mis fosas nasales haciendo que de un suspiro de familiaridad. Aquí pase mis primeros años de ebriedad, aquí conocí el amor, aquí di primer beso y aquí perdí virginidad en una de las habitaciones de alquiler, ago una mueca de horror al recordar esto último, eso... fue... desagradable, muevo mi cabeza para borrar el terrible recuerdo.

Doy un paso a dentro y Jules, la camarera y mi antigua mejor amiga, me saluda y me hace un gesto con la mano para que pase, la obedezco y no respondo a su saludo, en cambio le demuestro una mirada de odio dándole a entender que aún sigo cabreada con ella, ella baja la cabeza, se de sobra que sus mejillas se sonrojaron.

—Alex...—levanta la mirada y veo terribles ojeras ¿Será que después de lo que pasó entre nosotras no ha podido descansar bien? No, espero que no, suavizo un poco mi mirada y ella relaja lentamente los hombros — ¿Q-qué quieres to-tomar?

—Solo dame una mesa al fondo, ya luego te llamaré — dije buscando entre las personas a Ash y... ¡Ahí está! Sentado en la barra, hablando con Marcos.

Detrás de las sombras Donde viven las historias. Descúbrelo ahora