CAPÍTULO 8

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Miedo

Luciano

—No me escuchas? O te haces el sordo?. Te dije que quiero todo listo cuando llegue, parto en 15 minutos.

Cuelgo la llamada y me doy vuelta para dirigirme al yet. Esta mierda de país no la soporto más y andar en una farsa fingiendo ser un agente de servicios de seguridad "correcto" me es repugnante. Subo las escaleras y me adentro al sitio.
Ahí esta ella de espalda, lo pequeña que es me es impresionante, bueno delante de mi lo es. Se voltea y se pone pálida como si hubiese visto a la misma muerte andar.

Creo que ya lo descubrió, muy ingenua no es por lo visto.

¿Cómo un hombre de mi capacidad podría ser solamente una persona de seguridad?

Es que ni la persona más bruta del mundo se puede creer esa farsa. Por lo visto ella si cayó pero a de imaginar que el culo viejo de mi padre y Antonio no el dieron muchos detalles de mí a su criatura.

—¿Qué tienes?.—le digo haciéndome él interesado.

Sé lo que tiene.

Sé lo que acaba de descubrir.

—Na..nada- tartamudea.

Cierta sensación me causa y no se si es de molestia o que mierda.

—Bueno, ajústate el cinturón que ya vamos a despegar.

Hace lo que le digo sin refutar y me es extraño ya que siempre me anda preguntando todo o llevándome la contraria.

¿Miedo?

¿Tendrá miedo?

Si eso es lo que tiene entonces me parece bien, así sigue mis ordenes y no me hace la vida imposible como los últimos días.

A niña para insoportable.

El yet despega y no hago más que mirar por la ventanilla. Comienzo a pensar en estos últimos tres días con ella.
Me es inevitable, es que no pasa desapercibida por ningún lado. Su voz me es un dolor de cabeza, cada que abre la boca es para decir algo a veces sin sentido, trata a la gente muy cordial y amable.

No soporto eso, nada que tenga que ver con ella lo soporto.

Me obligo a no pensar más en ella mientras lo que resta de viaje.

Es que es tan insoportable que me es difícil.

●●●

Bajamos del yet y nos adentramos a unas de las camiones blindadas, ella no ha dicho nada en todo el camino.

Mejor para mí.

Mis oídos anhelaban un poco de paz.
Llegamos a mi edificio y subimos a mi Pent House, compré todo el edificio por que me gusta mi privacidad y odio a las gente así que si, vivo en un edificio completamente solo.

Única y exclusivamente cuando vengo a la ciudad. Tengo mi casa pero es alejada, donde la población humana no me estorbe.

Aquí todos me conocen, no me miran, no me hablan, no se meten conmigo y eso lo apreció, no suelo apreciar ciertas cosas pero lo que es obvio es obvio.

Mi luz en la Penumbra      Donde viven las historias. Descúbrelo ahora