𝑪𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 𝒐𝒄𝒕𝒂𝒗𝒐.

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—Vives en un desastre.

—Está desordenado pero limpio. —aseguró Bon, dejándolo paso a su novio. Llevaban ya algunas semanas oficialmente en noviazgo y esta era la primera vez que el omega entraba a su casa. —Ponte cómodo. Este es tu lugar ahora también.

—¿Cómo haces para encontrar tus cosas viviendo así? —preguntó Malcolm con notoria curiosidad, mientras dejaba su guitarra a un lado para luego sentarse en el único sillón del lugar. Había dudado un poco de acompañar a su alfa, estaba en celo y él no estaba seguro de querer hacer cosas en ese momento.

—Tengo mis formas. —guiñó uno de sus ojos. —¿Te preparo un café? Tengo unas galletas si quieres también, supongo que debes tener algo de hambre.

—Estaría bien. —habían vuelto juntos del ensayo de ese día y se había cansado bastante, así que sí le gustaría comer algo. Era costumbre ya para la banda ensayar todos los viernes, asimismo para ellos era común ir y volver juntos. El guitarrista se puso cómodo, estaba muy agotado. Generalmente los ensayos duraban al rededor de dos horas pero esta vez habían tardado un poco más por algo que fue completamente emocionante: Bon ya había escrito algo y les había conseguido una pequeña tocada en el bar de un amigo para la noche del próximo sábado.

El mayor regresó con las dos tazas de café, Malcolm se puso de pie para buscar las galletas y llevarlas a la sala. En el proceso se quedó viendo las fotos familiares que había colgadas en la acogedora casa.

—Siempre fui un niño lindo, ¿Eh? —dijo el vocalista, riendo un poco. Las mejillas del más bajo se pusieron un tanto rojas. —Todas esas fotos son de mi familia, ya los conocerás algún día.

—Espero que sea pronto. —volvió a sentarse en donde estaba antes.

—Lo será, tranquilo. —se acercó un poco más al omega que tenía al lado. Intentó tocar su cabello, le resultaba tan lindo. Bajó una de sus manos hasta su mentón, acariciándolo con cariño. Young no se dio cuenta cuando empezó a ronronear, era algo que no hacía desde que era un adolescente. —Aww, eres una cosita tan adorable.

Malcolm frotaba su cabeza contra la mano contraria, le gustaba sentirse amado de esa forma. Gateó un poco hasta él, apoyándose sobre sus muslos flacos. Podía sentir ese delicioso aroma a alfa que era potenciado por su celo.

—¿Ya quieres sentarte encima de mi paquete, bebé? —rio el alfa, parando con sus caricias de golpe. —Estas ansioso por recibir todo de mi l, ¿No es así?

El guitarrista asintió, dejándose besar de forma candente por su pareja. No tuvo problemas en dejarse guiar hasta el regazo del más alto. Se sentó con sus piernas abiertas, dejando una a cada lado de la cadera del otro. Bon lo tomó por la cintura, apretando las apenas notorias curvas. Se separó del beso para quitarle la campera y desabotonar la camisa.

—Pensé que serían más grandes. —se quejó Scott viendo el brasier vacío que decoraba el pecho casi plano de su novio.

—Idiota. —tomó sus cabellos con sus manos pequeñas, forzandolo a poner su cabeza sobre su cuello, justo en au glándula de aroma. Scott no pudo contra las ganas de mover su pelvis, fingiendo embestirlo. —¿Te gusta? Pobre alfa que no puede contra sus propios instintos. —lo soltó de golpe, no iba a dejar que lo humillara.

—Te gustan los juegos sucios. —Bon le enseñó su sonrisa, sus colmillos relucían. Pasó su lengua sobre los afilados caninos. —Espero que esto te agrade también. —no pudo clavar sus dientes sobre el cuello, pues Malcolm se levantó de golpe.

—No vas a marcarme hasta que no pongas un anillo en mi dedo. —dijo ahora estando de pie frente a él.

—Como digas. —limpió la saliva sobre su mentón que no paraba de caer. Se paró para acercarse al menor despacio. —¿Qué tal si me muestras como te tocas? ¿Eh?

𝑳𝒊𝒗𝒆 𝑾𝒊𝒓𝒆 ~ 𝑩𝒐𝒏 𝑺𝒄𝒐𝒕𝒕 𝒙 𝑴𝒂𝒍𝒄𝒐𝒍𝒎 𝒀𝒐𝒖𝒏𝒈.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora