Capítulo 11

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Subimos al AVE en silencio, comenzaba a volver a ser incómodo estar con Enzo después de lo que pasó en la fiesta. Yo decidí quedarme callada ya que no sabía qué decir.

Nos sentamos juntos, yo me puse en el asiento de la ventana y Enzo en el pasillo. Se le veía algo cansado supongo que por la fiesta y todavía llevaba gafas de sol, lo que me hacía pensar que era para ocultar un poco su aspecto ya que la otra noche bebió mucho.

Me dediqué a mirar el móvil durante el viaje, le conté a Juani que tenía que estar estos días con Enzo, tenía que mantenerle informado a todo momento porque es un chismoso. En cambio, Enzo se pasó todo el trayecto mirando a la nada, quizás se había quedado dormido.

Al llegar a Madrid ya era de noche y la entrevista de Enzo era al día siguiente por la mañana. Íbamos a ir directamente a mi casa, así que tomamos un taxi para que nos llevara allí.

Vivía en el centro de Madrid, más concretamente en un piso cerca de Gran Vía. No era muy grande, pero me parecía muy acogedor. Lo mejor eran los grandes ventanales que tenía, por donde entraba mucha luz natural.

Llegamos a la puerta de mi piso y bajamos del taxi, para mi sorpresa Enzo pagó el viaje por las "molestias" de tener que quedarse en mi vivienda, yo no rechisté.

Subimos en el ascensor, vivía en una planta bastante alta. Enzo se apoyó en uno de los lados del ascensor, parecía como si no pudiera estar ni un momento de pié. Si que le había pasado factura lo de beber tanto ayer.

El ascensor llegó a la planta asignada y nos bajamos, me quedé delante de mi puerta intentando sacar las llaves del piso. Cuando las encontré las encajé en la cerradura.

— Bienvenido a mi humilde morada. — Dije, y abrí la puerta dejándole pasar junto a mí.

Dejé las maletas en una esquina del recibidor y él hizo lo mismo.

Nada más entrar en mi casa se podía observar la cocina y el comedor ya que era una habitación abierta, no había ninguna pared que los separase. A mi derecha tenía el baño y más adelante mi habitación y otra que tenía para trastos. Mi piso no era muy grande, pero vivía sola y con este espacio me bastaba e incluso me sobraba.

Enzo después de depositar su maleta en el recibidor, se quitó las gafas de sol que llevaba y las dejó encima de la mesa de la cocina.

Tenía los ojos rojos y no podía distinguir si era por el alcohol de la otra noche o por estar llorando...

— Está muy linda la casa. — Dijo apreciando el lugar. La verdad no era lo que me esperaba que dijera después de estar todo el camino en silencio.

— Si, bueno, esto... ¿Tienes hambre? — Le pregunté.

— Si, muero de hambre. — Dijo. En realidad ya se había hecho de noche y no habíamos comido nada desde hace horas.

— Bueno pues como no tengo nada de comida en la cocina tendremos que bajar al supermercado de abajo para comprar algo. — Dije.

— ¿Y si pedimos algo? Como pizzas. — Dijo aportando soluciones. Él sí resuelve.

— Vale, me parece buena idea. Pero llama tú que a mi no me gusta, porque luego no sé qué decir y me pongo nerviosa. — Él rió ante mi comentario. Hacía tiempo que no lo veía reír.

— Está bien, ya llamo yo, pero yo elijo de qué serán las pizzas. — Dijo chantajeándome. Yo acepté, espero que tenga buenos gustos en la comida.

Mientras esperábamos que trajeran el pedido, pusimos una película en el comedor.

Después de un rato esperando a que llegara sonó el timbre y fui a abrir, agarré una caja y como una especie de bol de cartón cerrado, pagué al repartidor, después cerré la puerta.

— ¡¿Quién quiere comer?! — Dije celebrando que ya hubiesen llegado.

— ¡Por fin! — Dijo levantándose del sofá y nos sentamos a cenar. Al parecer había pedido una ensalada para él, por eso el bol, ya que tenía que hacer la dieta para filmar la película, y una pizza para mí qué al parecer era vegetariana.

— ¿Vegetariana? — Dije abriendo la caja.

— Si, son las que suelo comer en casa.

— ¿Por qué? — Dije sin entender . — Hay otras mejores.

Él rió y yo no entendía porqué.

— Soy vegano. — Siguió riendo. Vaya, eso no lo sabía.

— Ah. — Dije entendiendo.

— Venga dale una oportunidad. — Dijo refiriéndose a la pizza.

Yo le dí un mordisco y la verdad es que estaba más rica de lo que pensaba. Luego le di otro bocado hasta acabar la porción. Enzo me miraba expectante mientras iba comiendo su ensalada.

— Pues no está tan mal. — Acabé diciendo y agarrando otra porción.

Después de cenar era tarde así que decidí ir directamente a dormir, Enzo hizo lo mismo ya que al día siguiente teníamos que levantarnos pronto para ir a la entrevista. Él durmió en el sofá que podía hacerse cama, y yo obviamente en mi habitación.

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Al día siguiente sonó mi despertador y yo no quería levantarme como de costumbre, así que lo apagué y seguí durmiendo los típicos "cinco minutos más".

Después de un rato fui consciente de que había apagado antes la alarma y rápidamente miré la hora, al parecer no pasaron cinco minutos, sino media hora.

Me levanté corriendo de la cama, quizás Enzo también se había quedado dormido y podría llegar tarde a la entrevista. Para mi sorpresa él ya estaba despierto y desayunando.

— Buenos días. — Dijo sonriéndome con una calma impresionante mientras removía su café. — Bajé a comprar algo para desayunar y comida por si acaso, espero que no te moleste.

— No, no, gracias. — Dije todavía incrédula de verlo preparado y de que le había dado tiempo de bajar y comprar comida. En cambio, yo ni arreglada estaba, es más, seguía en pijama.

Me arreglé lo antes posible y desayuné corriendo. Enzo y yo bajamos en el ascensor y fuimos al garaje a por mi coche, después llegamos a dónde iba a ser la entrevista.

Prepararon a Enzo para empezar, y le llevaron a la sala donde sería entrevistado. Yo le vería desde el backstage.

Al principio fue una entrevista bastante normal, le preguntaron cosas cómo que sentía al trabajar con Bayona, cómo era rodar la película mentalmente ya que estaba basada en hechos reales, etc. Hasta que llegó otra pregunta.

— Seguro que tienes muchas anécdotas de lo que lleváis de rodaje, ¿podrías contarnos alguna divertida? — Le preguntaron.

Él estuvo un rato pensando hasta que pareció que se le ocurrió una.

— Bueno, puede que esta sea la más graciosa. Un día estaba en mi camerino durmiendo tranquilamente antes de rodar, en teoría era mi hora de descanso. Al parecer entró alguien sin que me diera cuenta y fui consciente al rato. No sabía quién era, así que le eché a patadas de mi camerino, ya que no me sonaba haberla visto antes. — Él hizo una pausa. No me podía creer que estuviese hablando de cuando nos conocimos. — La chica estuvo bastante tiempo trabajando ahí, tiempo más tarde me dí cuenta de que era importante en el rodaje, y yo me alejé lo posible porqué pensé que podrían despedirme después de como le hablé. Luego, por suerte arreglamos las cosas y digamos que somos amigos.

— ¿Amigos? — Dijo el entrevistador en tono pícaro.

— Algo así. — Dijo Enzo. Después de decir eso miró en mi dirección haciendo que nuestras miradas chocaran. 


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Si seguro, "algo así"...

En este capítulo no hay tanta chicha ya que es más introductorio para lo que se viene a continuación.  Estaros atentos. 

Gracias por votar.

Besis <3

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