AMOR DE CARNAVAL

Capitulo 8

Hooooola!!! Me perdi un poquito pero ando haciendo exámenes, así que disculpen!

Este capitulo es un poco más extenso, ya sabennnn aquí tenemos la mente cochina, así que es contenido adulto, si no le gusta o no le parece la historia bien pueda abandone sin hate y sin odio....

Como están??? Como va todo??? Espero que bien!! Besitos mis guillerminasssss cochinas! Disfruten mucho, comenten mucho y mucho like!

byeeeee

Betty se levantó antes de que sonara el despertador, se quedó un rato recostada pensando en la noche anterior, en como las ansias de su centro se despertaron solo con el recuerdo, tenía vergüenza de ver a Armando después de lo sucedió, así que tratando de no hacer mucho ruido se alistó, el estómago se quejó, el esfuerzo de ayer había agotado con la poca reserva que ella le había dado, siendo consciente que se enfrasco más en beber que en comer, recordando así su promesa rota.

Armando se levantó inusualmente de buen humor, siempre le ha costado levantarse temprano, estuvo listo a tiempo y decidió hacerle el desayuno a Betty él ni siquiera se preparaba su propio desayuno, pero quería tener esa atención, fue su sorpresa que al momento de entrar al cuarto a preguntarle que se le antojaba no estaba, el desespero se instaló caliente en su pecho, se obligó a recordarse que no era nada personal, quizás ella tenía un compromiso inamovible, como muchas veces los tuvo, lo reales al menos, a que juega esa mujer, por Dios, pensó, no se atrevió a decirlo en voz alta, eso lo haría sentir más vulnerable, suspiro cansado, ojala se hubiera despedido, hace un bien tiempo que no sentía tanto, y no se refería solo a lo físico, por primera vez, en demasiado tiempo, tanto que no podía recordar exactamente hace cuanto fue, hizo el amor.

Con el pasar del rato y sus pensamientos burbujeando dentro de su tempestad llego a Ecomoda como alma que lleva el diablo, no sabía exactamente como sentirse, así que recurrió a lo conocido, su ira, su pésimo manejo del ira, era mejor eso al vacío y la tristeza que dejo no verla. Al entrar a su oficina se encontró una tarjeta con un post it, el regalo del día,la letra era bien conocida por él, Mario eficiente continua con el plan maquinado el día anterior, al lado de esta descansaba un pequeño oso marrón, lo miro con una mueca torcida, era una sonrisa, pero un muy mal intento de una.

El día de Betty fue realmente tormentoso, iba de un lado a otro, contestando llamada, atendiendo a inversionistas, clientes y socios, el estrés de la oficina no le daba el tiempo para pensar en Armando, ella siempre encontraba un momento para evocarlo en su mente aunque fuera un par de segundos, unos golpes en la puerta de su oficina la trajeron a la realidad.

Be. Pase – su asistente entro sonriente con un regalo, desconcertada lo recibió – Quien lo trajo?

Asis. Un mensaje dice que es de parte del presidente de Ecomoda. Ahí tiene una nota.

Be. Gracias, puedes retirarte – obligándose a permanecer indiferente, aunque por dentro su pecho estalla de emoción. La tarjeta traía una leyenda que decía "Todos deberíamos tener al menos un amor verdadero y este debería durarnos toda un vida, ¿empezamos de nuevo? La noche de ayer fue perfecta. – Armando Mendoza Saenz".

Le sorprendió que alguien que no era muy expresivo pudiera escribir algo tan lindo, realmente se conmovió, releía la nota con una sonrisa estúpida en su rostro, la apretó dichosa a su pecho, sonrojada pensaba en cómo sería su regresar al apartamento, estaba ansiosa por verlo, moría de vergüenza pero era lo que más anhelaba, no sabía que escribirle y se sentó en el escritorio, escribía y borraba, escribía y borraba, nada le parecía adecuado, Román irrumpió en su oficina, recordándole el almuerzo con un cliente muy importante y ambos saliendo apresurados de la oficina, se prometió responder después.