By Marilyn.
Me levanté a las seis de la mañana para ducharme, tenia que ir a la universidad por lo que no tomé el desayuno y salí.
En la puerta de mi casa estaba el mismo coche blanco del chico con trenzas entonces decidí acercarme y este bajo la ventanilla encontrándome definitivamente con el chico de trenzas.
- Hola Mary, ¿Te llevo?-
- No tenemos la confianza suficiente como para que me lleves a la universidad y me llames 'Mary'- el rió.
- Que malhumorada, ¿Te llevo o no? Veo que estás llegando un poco tarde.- miré el reloj y ¡Mierda! Ya eran casi las siete. Estaba llegando tarde y el autobús no llegaría hasta quince minutos después por lo que acepté.
- Me pregunto de dónde sacaste mis horarios.-
- Mientras tú dormias por la noche yo revise tu calendario y ahí decía que tienes universidad a las siete de la mañana.- era un tipo muy raro.
- Cada día me impresiono menos.-
- Oye, hablame de tí, conozcamosnos.- no entendía cómo una persona podía ser tan hipócrita.
- Ni siquiera se tu nombre.- el se quejó.
- Otra vez con eso.-
- Sí, necesito saber el nombre de la persona que me está llevando a la universidad.-
- Pues no te lo diré.-
- Entonces déjame aquí.- el rodeó los ojos.
- Soy... Mark, me llamo Mark.- de algún lado me sonaba ese nombre, pero no averigüe más.
- Pues yo soy Marilyn Carter, mucho gusto.- el rió.
- Un gusto.-
- y... ¿Que te gusta hacer?-
- ir a fiestas.-
- ¿No tienes un hobbie?-
- ¿Acostarme con mujeres cuenta como hobbie?- era un idiota de primera, no podía creer que me acosté con un hombre así.
- Eres un mujeriego de mierda.- el rió.
- Pues ahora no tanto.-
- ¿Por qué lo dices?-
- Porque estoy conociendo a una chica.- por alguna razón me sentí decepcionada, pero el no tenía porqué enterarse.
- ¡Ja! Pues que te vaya bien.- me bajé en la puerta de la universidad y el me siguió. Por alguna razón todas las chicas lo miraban impresionadas. Me tomó de la cintura y me acompañó hasta la puerta. Creo que ahora todas me odiaban. Él era lindo, lo tenía que admitir, pero no entendía por qué tanto asombro.
- ¿Por qué no te vas con tu chica? Seguro te está esperando.-
- Porque mi chica eres tú.-
Lo miré en shock, ¿Así que esa chica que estaba conociendo era yo? En ese momento no le tomé tanta importancia porque estaba llegando tarde a la universidad.
Allí de espaldas me estaba esperando Tiffany, con los cuadernos en la mano usando el teléfono.
- ¿En dónde estabas? ¡Te espere treinta minutos!-
- Lo lamento Tiff, me levanté un poco tarde.-
- Tenemos examen con la profesora Trachter.
- ¿¡Era hoy!?
- ¿En dónde tienes la cabeza tan ocupada? Tú siempre recordabas todos los exámenes.
- ¡En nadie! -
- Yo no dije que era una persona, ¿Así que estás conociendo a alguien eh?
- Cierra la boca y entra el salón.
Como era de esperarse el examen no lo aprobé, era más que obvio que tenía la cabeza solo en Mark. Mi teléfono comenzó a vibrar, por lo que lo tomé y pude ver un mensaje de un desconocido. Ya era el horario de salida así que decidí ir.
- Estoy afuera.-
Supuse que era el, y ciertamente mi suposicion no era tan alejada de la realidad.
- ¿Que haces aquí?
- Vine a buscarte, ya es el horario de salida.
- Si sigues así te tendré que denunciar por acosador.- el rió.
- Deja de quejarte y sube al auto.- esta vez el auto no era el blanco de siempre, era uno rojo, un poco más pequeño pero igual de lujoso.
- ¿A quién re robaste el auto?-
- Es de mi hermano.-
- ¿Tienes hermanos?- no sabía cuántas cosas podría descubrir de él, ya que no hablaba casi nada y nunca me había dicho que tenía un hermano.
- Sí, es mi gemelo.- okey seré sincera, algunas cosas obscenas pasaron por mi cabeza.
- Eres bueno escondiendo secretos, lo tendré en cuenta.- encendió el auto y comenzó a ir por la carretera, después de un rato pude ver que no era el camino hacia mi hogar.
- ¿Sabes mis horarios de la universidad pero tienes idea de cómo llevarme devuelta?- reí un poco preocupada
- Estamos yendo a mi casa.- me preocupé un poco, no sabía si iba a ser secuestrada o no.
- Oh...- dije temerosa
- No te asustes, estamos a pocas calles.-
Estacionamos frente a la casa, en una casa grandiosa, enorme y blanca, con algunos ventanales igual de enormes que las paredes que la moldeaban. Entramos a un garaje donde estacionó junto a dos autos más, el negro con el que ya me había pasado buscar anteriores veces, y una camioneta.
- ¿Estos son tus autos?- estaba sorprendida de la cantidad de dinero que tenía ese chico, nunca le había preguntado de qué trabajaba por lo que supuse que era algo muy importante.
- Si, dos son míos.- dijo con aire de grandeza.
Él abrió la puerta y entramos a la casa, donde pude ver el gran salón qué tenía, en el sofá mirando la televisión estaban dos chicos, uno de cabello largo y lacio, otro de cabello corto y rubio, y uno que me llamó la atención, que tenía el cabello negro, peinado en puntas con algunas mechas blancas.
Los tres se dieron vuelta para mirarme, me dieron una mirada rebajante y enseguida el chico de pelo negro rodeó los ojos.
- ¿Otra vez traes a chicas a la casa? ¡Te dije que no lo hagas!-
- Oye, no es cualquier chica, es Marilyn.-
- Lo mismo dijiste con Rachel.-
- de igual manera no debes hablarle así.-
- Cómo digas.- volvieron a mirar la televisión con el rostro enfadado, como si tan solo mi presencia les molestara. Estaba incómoda, quería huir.
- Sube a mi habitación.- ordenó y yo obedecí.
Dentro de la habitación había una batería blanca, brillaba de lo tan lustrada que estaba, habían algunos pósters de chicas en bikini. Me senté en la punta de la cama.
- ¿Tocas la batería?- dije ilusionada.
- Si, a veces.-
Era la hora de que le pregunte quién en verdad era, de qué trabajaba, cuál era su apellido, quería saber más sobre él. Obviamente su riqueza no venía de algún trabajo de noble, seguramente era un empresario, aunque eso era lo que menos me importaba.
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𝐔𝐍𝐀 𝐕𝐈𝐃𝐀 𝐉𝐔𝐍𝐓𝐎 𝐀 𝐓𝐈
Novela JuvenilUn amor lleno de problemas, un baterista famoso y una cantante que solo es reconocida por los borrachos de la zona, ¿Podrán ellos enamorarse? ¿O será un amor imposible?