Aquella daga amenazaba con romper su cuello, haciendo desprender un hilo de sangre ante su mínimo toque.
Sus manos se levantaron, demostrando rendición ante su captor que a pesar de su corta estatura tenía un gran agarre.
— No te atrevas a mirar o te corto la garganta.— Advirtió, notando que se trataba de una mujer por su tono de voz y el cabello negro largo que alcanzó a notar.
Tragó en seco.
Bien podría sacar provecho de la diferencia de altura entre su captora y ella, mas no estaba segura si venía con compañía.
— Habla, ¿qué es lo que buscas?
— Busco a un hombre, — emitió con seguridad en su tono de voz a pesar de su posición.— Zeke es su nombre.
— ¿Zeke?
El agarre de la mujer se suavizó e hizo su movimiento, hace tanto que había dejado de preocuparse por su condición física, pero sacando fuerzas de dónde no sabía se movió con rapidez para tomar el brazo de la mujer y torcer haciendo que el arma cayera al suelo.
Ahora podía verla bien, una mujer joven como de unos 19 años de edad, ojos oscuros y vestimentas desgastadas de tonos verde oliva. Un poco muy molesta.
— ¡Agh! — Gruñó.— ¿Que... qué es lo que quieres con Zeke?
— Lo conoces.
Con molestia ante la presión que ejercía Hanji, ella asintió.
— Puedes ayudarme a encontrarlo, sólo necesito que me jures que no volverás a intentar atacarme, ¿está bien?
— ... Bien. — Se limito a responder a regañadientes.
Sin pensar demasiado en ello, soltó a la diminuta mujer y sostuvo la daga con firmeza en caso de volver a ser atacada mientras veía a la pelinegra sobar su brazo irritado.
— Dime, ¿Zeke reside en esta zona de la ciudad?
— En primer lugar, antes de decir algo... ¿para qué lo necesitas?
— Es un asunto de trabajo, lo conocí ayer en el puesto de Colt.
— ¿Conoces a Colt? — Emitió escéptica.
Aquella mujer castaña, a pesar de lucir descuidada denotaba tener el dinero suficiente para ignorar la existencia de los barrios bajos donde vivían personas como ella.
— Así es, — respondió amigable.— mi nombre es Hanji, le debo un favor a Zeke y pensaba devolverlo, pero olvidaba el pequeño detalle de lo inmensa que se ha vuelto Stohess últimamente...
Hanji se detuvo a mirar a la chica, ante la idea de que ella también fuera una habitante de la calle.
— ¿Y que ganó yo con eso?
— Bueno, pensaba devolverte tu daga, pero también podría invitarte un poco de la comida que deje en mi auto si me ayudas. Puedo notar que eres de por aquí, podrías ayudarme.
La pelinegra frunció el ceño ofendida ante la declaración.
— No soy una pordiosera, ten más respeto, aunque no tenga la daga puedo volarte la cabeza.
— ¡Oh! Lo lamento... Es que al ser un lugar tan desolado pensé que eras de por aquí.
— No, soy de Liberio, estoy aquí por trabajo. — Mencionó, ahí fue cuando Hanji notó la camara que colgaba del cuello de la chica oculta entre sus abrigos.— Mujer grosera...
— ¿Y entonces me ayudarás?
— Está bien. — Terminó por ceder tras un suspiro irritable.— Sígueme en silencio, tu voz me da doler la cabeza.
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Callejón 54 ~ Zekehan
FanfictionHanji Zöe es una científica trabajadora en una de las empresas farmacéuticas más importantes del país, excéntrica y extremista en sus proyectos, nadie quería trabajar con ella debido a su mala fama hasta que gracias a una mala interpretación de pala...