Capítulo 01.

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Jimin corría por las calles de Londres con un vaso de café en su mano derecha, cuidando que no se derramara o mancharía su espléndido traje.

El día anterior había decidido salir con sus amigos a un bar para celebrar el cumpleaños de uno de ellos, claro que en ese momento había sido una buena idea, pero no lo fue más cuando esa misma mañana se había levantado más tarde de lo normal.

El omega se encontraba en la cuerda floja de su trabajo, temía perder su empleo por retrasos como ese. Su jefe solía ser bastante exigente.

El alfa hablaba y Jimin tenía que obedecer, aunque su cuerpo le pedía a gritos que golpeara a ese hombre.

Por lo general, los omegas no tendrían porqué desear agredir a alguien, mucho menos a un alfa imponente como lo era su jefe, pero, así como era respetado por todos en la oficina, era bastante odiado por Jimin.

Ese hombre era cruel, indiferente y odioso, con sus rasgos masculinos opacados por una mueca de fastidio que llevaba todos los días. Un alfa de 27 años que hacía que Jimin perdiera la cabeza.

Si fuera por Jimin, realmente ya habría renunciado, pero realmente necesitaba ese dinero y su padre había puesto mucho empeño en hacerle un espacio en la secretaría.

El omega rubio corría cansado, evitando a las personas que se cruzaban en su camino. Cuando llegó al edificio, abrió la puerta con torpeza, haciendo que las personas lo miraran, pero él solo suspiró cansado.

—Buenos días, sigan trabajando —indicó con una sonrisa tensa.

El omega caminó hasta el elevador y apretó los botones, esperando que las puertas se abrieran, cuando eso pasó, salió una mujer alta con falda gris y tacones negros que la hacían ver más alta de lo que era, le dirigió una mirada a Jimin e inclinó su cabeza como saludo, el omega hizo lo mismo antes de entrar al elevador.

Cuando llegó a su piso, el más alto del edificio, salió del elevador, mirando a todos los empleados a modo de saludo.

Jimin peinó su cabello mientras caminaba hasta su oficina, estaba por llegar cuando fue interceptado por un chico castaño.

—Jimin, hasta que al fin llegas. El jefe preguntó por ti —mencionó su compañero mientras hojeaba unos documentos.

—Lo siento, Yoongi. Se me hizo un poco tarde —el omega palmeó su espalda a modo de saludo antes de abrir la puerta de su oficina.

—Si lo noté.

Yoongi, el beta castaño que conoció cuando recién llegó, se quedó en la puerta en señal de respeto. Era cierto que los empleados alfas y omegas tenían la estricta regla de tomar supresores para controlar sus olores y no incomodar a los clientes. Aun así, las oficinas propias de los alfas y omegas —aunque no eran tantas, ya que los empleados era mayormente betas— tenían olores más concentrados, y se consideraba una falta de respeto entrar sin antes obtener un permiso.

Eso era lo que más le agradaba a Jimin, ya que al ser un omega hombre, había sufrido bastantes injusticias en toda su vida, a sus 24 años de edad todavía no creía que existieran burlas y humillaciones hacia su persona.

Claro que le molestaban, claro que le enfadaba que lo hicieran menos por ser un omega, por verlo y creer que era débil debido a su cuerpo curveado y su no tan alta estatura.

Pero oh, él no se dejaba. Y nunca lo haría. Jimin estaba seguro de que todo lo que tenía era gracias a su esfuerzo, gracias a su trabajo. Estaba seguro de que podría hacer todo el trabajo de esos alfas imbéciles y aún mejor.

Al menos, él viajaba y le pagaban por eso.

—Deberías ir con el jefe, no querrás que se enoje —sugirió Yoongi ladeando la cabeza.

the city lights  ᡴꪫ  kookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora