Escape

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Las cosas no habían mejorado para nada, después de salir de la sala de curación, los maltratos y las abominaciones se volvieron peores, terminando por dejarlo sin fuerzas, no siquiera para poder levantarse.

Ya no parecía la misma persona, aquel dios  temible que en algún momento había causado miedo en Midgard había desaparecido, ahora, solo era un esclavo sexual para un rey loco.

Su piel ya era totalmente grisacea, y sus ojos ahora parecían tener heterocromia, uno totalmente de color verde apagado, y el otro, rojo como la sangre.

Estaba recostado sobre la cama, con una ligera túnica, qué no dejaba mucho a la imaginación, tratando de contener el llanto qué lo volvía a invadir por la impotencia de no poder hacer nada para terminar con su propio tormento, ya todas sus fuerzas se habían agotado, al igual que sus esperanzas, las cadenas que lo mantenían quieto habían terminado clavandose en su piel.

La puerta se abrió nuevamente, dejando ver a un furioso Dios del trueno, que por alguna explicación rara, aun podía empuñar el mjolir, soltó las cadenas que retenían al azabache para después jalarlo del cabello haciendo que el otro soltara un quejido, aunque no hizo nada para defenderse, la última vez, eso le había costado una mano rota.
Lo arrastró fuera de la habitación, donde lo obligo a levantarse, apenas pudiendo mantenerse en pie por sus débiles piernas, y su adolorida cadera, fue llevado hasta su antigua habitación, donde ahora, su círculo de runas, estaba descubierto, la alfombra había quedado a un lado.

—¿qué es esto? —pregunto furico el rubio, mientras soltaba los negros cabellos, dejándolo tirado frente a su hechizo a medias

—¡¿QUÉ ES?!

—para matarte

Esa fue la gota que derramó el vaso, o mejor dicho, que colmo la "paciencia" del ojiazul.
Tomo el grisaceo cuello para apretarlo con todas sus fuerzas

—¡¿QUÉ DIJISTE?!

El menor luchaba por safarse del agarre, hasta sentir sus piernas pesadas, ¿para que pelear? ¿Para que evitar lo inevitable?, solo sería un momento de dolor, luego todo se acabaría, dejo de pelear contra el agarre, dejándose llevar por la oscuridad que comenzaba a  embargarlo, pero el aire regresó, quedando casi inconsciente en el piso, mientras sentía una patada en su costado, que seguramente, le habría rotó más cosquillas.

Cerraron la puerta con fuerza, y jalo por el cabello al azabache hasta la cama, donde el débil cuerpo fue profanado hasta hartarse.

—aprenderás tu lugar, con el tiempo, ahora, ponte lo más presentable posible y vendrás conmigo, tenemos una reunión con el reino Vanir, y Asgard necesita a ambos regentes al frente

—no

—¿qué dijiste?

—no iré contigo —dijo, para lanzarse al piso y meter la mano en el colchón, justo donde Fandral dijo que había repuesto el arma, sentía el frío metal en la palma de sus manos, lo que iba a hacer era demasiado atrevido, pero, si funcionaba o no, ganaba de las dos maneras.

Puso el arma sobre su cuello, sintiendo el cálido contacto del metal afilado.

—muévete un solo paso y no dudaré en mover la daga

—detente loki, ¿acaso no estas pensando....

—lo hago

Thor dio un paso al frente, esa era la oportunidad, para hacer más creíble la amenaza, el arma descendió habilidosamente hasta llegar a la muñeca, la cual, con un corte preciso, comenzó a sangrar

—no te atrevas a acercarte

—loki

El arma se movió hasta la otra mano, haciendo otra herida más, habia cortado la parte donde las runas estaban presentes, anulando su poder temporalmente, finalmente podía sentir la magia correr nuevamente por su cuerpo.

—loki, tan solo piensa...

—eso hago siempre

Y desapareció de la habitación, llegando hasta la sala de sanación, con su traje de pelea, si iba a morir, por lo menos lo haría de una manera gloriosa, peleando hasta el final, nunca se dejaría derrotar, como si fuese un esclavo.
Todos quedaron estupefactos al verlo aparecer de pronto.

—¿donde esta el libro? — pregunto

Uno de los sanadores abrió un estante del cual saco un voluminoso libro, apenas lo tuvo en sus manos regreso a la habitación, cayendo de rodillas sobre el frío mármol, la perdida de sangre comenzaba a hacer efecto.
Thor ya no estaba, había salido a buscarlo desesperadamente, se aferro fuertemente al libro, y comenzó a recitar las palabras que ya se sabía de memoria, las runas dibujadas en el suelo comenzaron a brillar, para posteriormente moverse, causando un fuerte temblor en todo el palacio.

Apareció frente al bifrost, nadie lo buscaría ahí, todas las personas del palacio estarían desesperadas, combatiendo a sus peores miedos, o mejor dicho, a las ilusiones creadas por aquel círculo de runas.

—ayúdame —suplico el azabache

—la espada esta ahí, solo sobró yo

Era claro lo que pedía Heimdall, no podía traicionar al rey, toda su familia correría peligro, pero si podía ser herido para "deshacerse de él".

Se levantó a duras penas para poner una mano en el hombro del contrario, el cual comenzó a quedar congelado nuevamente, como aquella vez, antes de caer al vacío.

Siguió su camino hasta la espada, la cual comenzó a mover varias veces, abriendo portales en todos los mundos y diversas partes de ellos, así, nunca podría ser encontrado.
Finalmente, se dejó llevar en uno, mientras quedaba desmayado por la pérdida de sangre, y las runas volvían a tomar el poder sobre el.
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Volví, esta loca volvió jajajaja.
Perdón por no actualizar, pero tenia exámenes.
Pero ya estoy de regreso, y mi bloqueo creativo ya pasó.

Por cierto, este capítulo está dedicado para: @VictoriaFernanda725 quien esperaba con ansias este capitulo.

Pronto vuelvo, después de vacaciones (solo es una semana), pero volveré.
Siempre lo hago

Escape - PAUSADA / CASI CANCELADA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora