Luna llena

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Se dejó caer en la silla frente a su escritorio, gruesas lágrimas resbalaban por sus mejillas mojando las plumas que tocaban.

Observó de nuevo el cristal dorado que no hacía mucho uno de sus sirvientes le había llevado y su corazón latió de forma dolorosa; ese pequeño objeto era lo que cambiaría todo lo que pensó ya acomodado en su vida y marcaría el fin de su historia con el Imp con quién había soñado desde que era un niño. Un sentimiento de resignación y perdida inundo al Príncipe de los Goetia mientras su llanto pasaba de un lagrimeo silencioso a sollozos agitados.

Tardo unos minutos en silenciar su llanto, pero cuando lo logró dirigió su mirada al calendario, faltaban un par de días para la luna llena y su rostro se amargo al pensar en Blitzo y lo fastidiado que debía estar ante la idea de ir a verlo prontamente.

Pero estaba bien, pronto todo aquello terminaría para ellos y ambos podrían regresar a su vida diaria, Stolas ahogándose en su soledad y Blitzo... Bueno, Blitzo seguramente no tardaría en remplazarlo ¿Ya lo había hecho una vez no? ¿Con cómo se llamaba... Chazz?

El aún podía recordar el amargo sabor en su boca cuando había leído aquella predicción en las estrellas, pero tampoco era como si hubiera podido intervenir o reclamar algo. Blitzo y el no eran nada.

Sacudió su cabeza, intentando alejar ese pensamiento para no sentirse aún peor, desde ahí debió de haberse dado cuenta que para Blitzo él no era más que una transacción, un cuerpo por el libro.

Apretó su pico, limpio su rostro y se puso de pie, tenía que prepararse, en un par de días sería luna llena y era mejor tener todo listo para la última visita del asesino.

Al salir de su estudio se encontró con Vía, la cual lo veía con un gesto preocupado.

- Oh, ahí estás mi pequeña. - Tuvo que hacer un enorme esfuerzo por tragarse sus emociones y esbozar una sonrisa.

- Hola papá... ¿Todo en orden? - Pregunto. - Te escuché llorar hace un momento. - Stolas se sintió culpable, ¿Por qué su pequeña tenía que aguantar eso?

- Oh si, todo en orden Vía, solo... Tuve un pequeño colapso por el agotamiento, pero todo estará bien. - Acaricio la cabeza de la menor sobre la gorra y la abrazo. - Ahora, mi estrella, ¿Qué te parece si cuando regreses de casa de tu madre nos vamos de vacaciones al círculo de la Gula? Escuché que Beelzebub acababa de construir un parque de Loo-Loo-Land inspirado en el chocolate. - Vía que no quería mortificar más a su padre asintió, abrazándolo más fuerte y preguntándose por el motivo real de la tristeza del Príncipe.

La luna brillaba en lo más alto del cielo infernal cuando Blitzo aterrizó en su balcón, con el libro bajo el brazo y la falta de sutileza que caracterizaba al Imp

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La luna brillaba en lo más alto del cielo infernal cuando Blitzo aterrizó en su balcón, con el libro bajo el brazo y la falta de sutileza que caracterizaba al Imp.

Stolas, quien se encontraba sentado al borde de su cama eliminando las fotografías de Blitzo que guardaba en su celular sintió su corazón acelerarse con fuerza cuando escucho las botas del Imp entrando y causando estragos en las baldosas de mármol de su balcón.

— Buenas noches Blit... — No pudo terminar la frase, los labios del Imp se estrellaron contra su picó en un profundo beso.

— Terminemos con esto de una vez. — Mencionó el más bajito, empujando a un inmóvil Búho que intentaba procesar lo que estaba pasando y a su vez, autocontrolarse para no perder su objetivo principal. Fue cuando sintió las manos de su próximo examante bajando a su trasero que reaccionó y colocando las manos en su pecho lo detuvo. — No, espera, espera. Hay algo importante que debo decirte antes de seguir. — El gesto de impaciencia, que casi de inmediato disfrazó de diversión de Blitzo le hizo preguntarse si siempre había sido de ese modo y él nunca lo había notado.

— ¿Qué? ¿Es algún nuevo juego que quiere probar mi puta favorita? — Preguntó con tono sugestivo.

Stolas trago grueso, aquello no hacía sino abrumar más su ya lastimado corazón. Usualmente, eso bastaría para hacer que el príncipe se pusiera de rodillas ante el Imp y cediera a cualquier cosa que esté quisiera, pero esta vez no, debía ser fuerte.

— No, no, querido, es verdaderamente importante. — La resistencia de Stolas desconcertó al de piel roja, no era habitual que el príncipe no estuviera ya gritando que se lo jodiera en todas las posiciones existentes.

Blitzo entonces soltó al Goetia quien de inmediato se puso de pie tomando su distancia del asesino u dirigiéndose a su tocador, donde una pequeña caja con el símbolo de Asmodeo descansaba cerrada. – Tú sabes... - Empezó el búho. – Que además de mi los únicos demonios que pueden viajar legalmente a la tierra son aquellos que poseen la gracia de Asmodeo, ¿No? – Blitzo negó, algo de ello le sabía mal pero no sabía que era exactamente; Iba a decir algo, pero Stolas lo detuvo con un ademán de su mano. – No, déjame terminar. Como te decía, la manera de viajar legalmente al mundo humano además de con mi Grimorio es usando algunos cristales que Asmodeo proporciona a su gente de confianza y empleados, no es fácil conseguir uno, sin embargo, con un poco de trabajo obtuve este para ti. – Tomo la mano del Imp y puso en ella la caja, saboreando el probablemente ultimo contacto que tendría con él, Blitzo abrió el contendor y la dorada gema brillo ante las luces de la habitación. Un sentimiento de vació golpeo el estómago del Imp quien casi se quedó mudo ante tanta información.

- ¿Qué mierda significa esto? –

Stolas lo miro con un gesto triste, pero aun intentando contener sus sentimientos para no hacer más incomoda una escena que ya lo era por si misma. – Que desde hoy te libero de nuestro trato, no puedo tolerar más que la persona que amo esté a mí lado deseando irse. –Ahí estaba, la respuesta que tanto había temido soltar y que el Imp se negaba a creer, ¿Stolas? ¿Enamorado de el? Debía ser una puta broma de mal gusto, sin embargo, la cara del Goetia no dejaba duda de la veracidad de su dicho.

Y eso confesión genuina abrumo a Blitzo.

- Eso significa que desde hoy no tendré que verte la cara nunca más? – Fue lo único que se le ocurrió preguntar, el búho negó, sintiendo su corazón latir dolorosamente. – Bien... ¡Bien! – Exclamo el Imp, el cual por alguna extraña razón se sintió repentinamente molesto y dolorosamente nauseabundo. – Ya era hora de que hicieras algo por mí, estúpida bola de plumas, ¿Pero ¿qué no pudiste haberlo hecho antes? Mierda, si que tardaste en aburrirte de mí. – Incluso para Blitzo decir aquello era difícil, más aún ahora que Stolas no hacía el intento por contradecirlo diciéndole que el no había sido un pasatiempo. – Que me amas, vaya forma más ridícula de decirme que te divertiste con mi pito, como sea, en ese caso me largo. – Guardo el cristal en su chaqueta y se dirigió al balcón seguido por un tembloroso príncipe a quien ya le costaba el mantenerse de pie y que ya no podía hablar por el nudo en su garganta. – Por cierto, de todos modos, si alguna vez requieres eliminar a alguien, llámame, te haré un pequeño descuento. – Y con ello saltó por el balcón.

Stolas lo vio alejarse por el horizonte del estrellado cielo infernal y fue entonces que se desplomo en el piso de mármol y finalmente estallo en llanto. 

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⏰ Última actualización: Mar 18 ⏰

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