Prólogo

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En una posada no muy lejos de Ciudad del Cristal una de las ciudades más importantes que hay en toda Esthea. Los niños juegan y se divierten por los interiores de aquel local lleno de música y bailes tradicionales. Hasta que algo, más bien alguien, distrae todo tipo de actividad. Los niños interrumpen sus juegos y los músicos dejan sus festejos por un corto tiempo, ya que el cuenta cuentos ha llegado y eso sólo puede significar que una nueva historia esta a punto de comenzar.

Esta es una persona llena de historias fabulosas que siempre deleita los oídos de aquellos que deciden escucharle, pese a tener solo 25 años de edad, ha experimentado muchas aventuras que contar al mundo y no le importa compartirlas con la gente que se le acerca, en especial los niños, debido a lo fáciles que son de sorprender y los que drisfutan las historias con ilusión y empatía.

El nombre del desconocido es Ezlar, pero por esos lugares se le conoce como Kith. Sus historias parecen ser contadas como si las hubiera vivido el mismo, o si estuviera dentro de las personas o héroes que en ellas están. Cómo buen humano, su altura no tiene que envidiar a la de otros, pues está en una altura promedio. Sus ojos rasgados y de color ocre acompañan el cabello castaño teñido con tonos grices, no muy separado de sus orejas surgen unas lentes anchas y negras. Pese a sus ropajes toscos y mellados presenta una capa de color carmesí dañado, con el emblema de los Kith. Los allí presentes no hacen caso omiso a su forma de vestir, pues como él diría:

" Vestir elegante puede maravillar a cientos de nobles,  pero poco impresionarás si en tu interior un sabio no hallarás, más cuán grandiosa sería esa persona, si pese a sus descuidados atuendos, es capaz de endulzar a la más orgullosa dragona".

Al entrar en aquella posada resguardada por la gran chimenea que se mantiene iluminando sus paredes de roble negro y suelo de piedra caliza, decorada con los mayores logros y presas del antiguo cazador ahora convertido en tabernero de aquel local. Deposita su mochila de viaje hecha con piel de ciervo, en una de las sillas donde se dispone a descansar. Pero como casi siempre, recoge su hidromiel en la barra que esta a unos pasos de su tan siempre selecto asiento, acompañando tan deliciosa bebida con unos frutos silvestres.

Una vez recogido sus entrantes, este vuelve a su mesa donde aguardan los niños ya sentados alrededor  de esta e impacientes por oír sus historias.

Niño: Buenos días Kith, ¿Que nueva historia nos traes hoy? -Pregunta el niño emocionado-.

Ezlar: Pues la verdad, es que una muy buena querido Peter, esperó que os guste a ti y a tus amigos -responde después de tomar el primer sorbo de hidromiel-

Peter: Claro que si tus historias nos fascinan, ¿A que si Sam? -Pregunto el niño a su amigo-

Sam: Por supuesto, no hay nadie mejor en todo el continente capaz de igualar tus historias Kith, aunque a la pobre Emily le den miedo algunas de ellas  -contesta este en tono burlón-.

Emily: ¡Eso es mentira! - grito - Sólo pasó una vez, hacia mucho frío y eran noches muy oscuras. Se oían cosas en el exterior a causa del viento, además no fue para tanto -Reprocho mientras se remangaba la manga para propinar un golpe a su burlón amigo.

Ezlar: Calmaos - Persuadió a los niños  mientras les daba unos frutos - Estáis aquí para escuchar una historia, ¿Verdad?

Todos: Siii... -respondieron todos-

Ezlar: Pues muy bien, permaneced atentos ya que nuestra historia se remonta hace muchos años, mucho antes de que comenzará la gran guerra, nuestra aventura comienza en una posada muy parecida a esta y con un personaje llamado Jack Njeil.

El Cuenta Cuentos - Jack NjeilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora