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El lobo de Max siempre lo supo, en algún momento llegaría alguien a su vida que lo haría desear sentirse amado y amar, era consciente de que para llegar a ese punto podían pasar una eternidad, pero finalmente durante 2015, entre los miles de problemas y fantasmas que rodeaban al omega de ojos azules, esa persona apareció.

Sergio sin saberlo, había logrado que Max repensara muchas cosas de su vida y del cómo fue criado, y aunque le había tomado bastante tiempo, en 2020 el neerlandés terminó admitiendo estar enamorado. Era un situación complicada, su único padre presente le repetía constantemente que no podía permitir que el amor arruinara su éxito, pero sinceramente Max se sentía solo. Si, probablemente tendría más éxito del que su papá llegará a imaginar, pero constantemente se preguntaba a si mismo cuál sería el chiste de todo eso sí no tenía con quien compartir sus triunfos o a quién dedicarle cada uno. Así que, cuando finalmente aceptó el amor que sentía por el tapatío, llegó a la conclusión de que poco a poco este se había convertido en el propio aire que respiraba.

Iniciando la temporada de 2022, con una confesión por parte de Sergio y una petición de cortejo - para lo cual había tenido que acudir a Jos Verstappen y sincerarse acerca de sus sentimientos hacia Max - ya no tenía problema alguno con admitir que el alfa volvía todo lo que antes consideraba como trágico en algo mágico, y sinceramente ya no encontraba el modo de vivir su vida sin el amor de Sergio.

Todos en la parrilla podían notar a primera instancia que el piloto de Red Bull irradiaba felicidad pura desde el inicio de su relación con el tapatío, sonreía la mayor parte del tiempo, era amigable con todos, además de que ahora sin el uso de supresores, su aroma a fresas y durazno se percibía por todo el garaje de la escudería, logrado mantener a todos tranquilos y a Sergio vuelto loco.
Michel debía reconocer que desde pequeño y su presentación como alfa anhelo encontrar a su otra mitad, sus hermanos mayores solían burlarse de él, llamándole cursi y romántico, pero con solo conocer a Max comprendió que si bien, la espera no fue fácil, todo valió la pena, estar con él era una experiencia onírica, Emilian era lo más cercano a un ángel. Su precioso omega era su universo, su todo.

Max no encontraba la forma de vivir la vida sin el amor del alfa, para su fortuna no tenía siquiera que imaginarlo porque Sergio lo amaba desde siempre, incluso desde antes de conocerlo.