Propagación

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Los rayos de luz interrumpían las frondosas nubes del amanecer hasta que el cielo se volvía totalmente claro. Era un nuevo día en la comarca de Evros en dónde comenzaban a ver el inicio de la primavera, diversos colores llenaban todo el alrededor llenando de vida todo el lugar.

A aquellas horas de la mañana, una pequeña hobbit de cabello ondulado y cobrizo que le llegaba hasta sus hombros estaba tranquilamente cosechando un par de legumbres de su querido huerto. Ella pertenecía a la familia Berin, reconocida por su cuidado por la jardinería, la cosecha y el cuidado de animales, pero esto no era todo lo que la caracterizaba, ella era una alegre chica que siempre estaba allí para ayudar a todo quien lo necesitara, lo cual la hacía ser bastante conocida en el pueblo, además hace unos pocos meses comenzó a ser aprendiz de Leif, un humano de origen desconocido que cada cierto tiempo merodeaba por la comarca en busca de hobbits que buscaran un nuevo desafío pero pocas veces tuvo la suerte de encontrar al ciudadano adecuado. Las leyendas contaban que hace miles años atrás cada familia de hobbits se caracterizaba en alguna actividad en específico y dentro de ellos se encontraban los que poseían el mayor poder y los más aventureros, los Tuk, pero el único que quedaba de aquel linaje se negaba a salir de la comarca, lo que llevó al hombre a encontrarse un día a la joven Vani en la entrada del bosque siendo amenazada por un grupo de orcos, afortundamente Leif fue en su ayuda y con su gran fuerza y destreza derroto a cada uno de los orcos tal como si fuese un juego. Desde ese día Vani quedó asombrada a la agilidad del hombre y de esa manera se convirtió en su aprendiz dándose cuenta que poseía más habilidad de lo ella misma creía.

Luego de haber terminado el trabajo de la mañana, Vani se dirigió al centro de la ciudad a comprar un par de suministros , los senderos hechos de piedra se comenzaban a poblar con los demás habitantes de la comarca, actualmente habían muchos niños jugando por el sector lo cual hacía que el lugar estuviera más vivo que nunca donde iban de aqui por allá. A lo lejos se lograba ver la zona comercial, esta constaba de pequeñas carpas blancas sobre el verde prado en donde cada una tenía un par de troncos que los usaban como sillas y mesas en donde se depositaban los diferentes objetos a vender, tales como herramientas, condimentos básicos, un pequeño par de armas y un par de cosas más. En ello un viejo hobbit llamó la atención de la chica.

—¡Buenas tardes señorita Vani! ¿Cómo te encuentras el día de hoy?—le habló el hobbit que al parecer tenía cerca de unos 80 años de edad, pero apesar de ello actuaba de una manera muy alegre. Él tenía el cabello blanco un poco largo para su estilo y unos ojos azules, probablemente en su juventud tuvo que ser bastante apuesto.—Hace unos minutos pasó aquel hombre de afuera eh...

—¿Leif?—respondió la muchacha refiriéndose a su mentor.

—¡Si! el mismo, pasó a preguntarme por tí, pero no te había visto en toda la mañana, pero por lo que veo estuviste ayudando a tus abuelos—decía con simpatía indicándole con la mirada los restos de tierra de sus manos y brazos.—Ahora está en la taverna, me dijo que fueras lo antes posible.

—Oh, ¡muchas gracias Ted! nos vemos!

—Espera pequeña— en ello el viejo sacó desde una caja un par de papas previamente cocinadas y doradas con un toque de merken y se las dió en una servilleta—Ten, probablemente no hayas comido nada.

—Como me conoces jeje— dijo un poco avergonzada—Pero ya me voy, debe ser algo importante ¡cuidate!

—¡Recuerda venir a mi casa a tomar té! ¡mis nietos anhelan tu compañia!

—Lo tendré en cuenta— finalizó Vani levantando su mano en forma de despedida mientras iba camino a la taverna. Si Leif la estaba buscando, algo emocionante debía traerse entre sus manos.

Al estar cerca de la taverna ya se escuchaba el bullicio del lugar, eran apenas medio día y ya estaba medio mundo bebiendo y comiendo.La muchacha entró al recinto apodado "El búho" , allí toda estructura estaba hecha de madera procesada y estaba llena de mesas circulares con habitantes de diferentes edades que cantaban y bailaban alegremente bajo los efectos del alcohol y la alegría del ambiente. En ello un grupo de jóvenes hobbits llamó a la chica para invitarla la mesa.

La peste en la ForestaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora