Capitulo 7

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Capítulo 7: La Paz

Borde Medio, Sistema Naboo, Planeta Naboo

Ciudad Real Theed

Arnet había logrado ganarse un poco más de confianza con la reina de Naboo y sus tropas. Habían demostrado que, a pesar de su apariencia sombría, en realidad eran personas bien intencionadas. Eran simplemente individuos tratando de sanar una herida profunda, más bien aprender a convivir con ella.

Panaka, el capitán de la guardia real de Naboo, le había hablado a Arnet sobre cómo lucharon durante el bloqueo de Naboo, sobre sus viajes a Tatooine y Coruscant en busca de ayuda.

A su vez, Arnet compartió algunas de las batallas en las que había participado, relatos mucho más trágicos y horribles que los de Panaka. Sin embargo, Arnet no menospreciaba a Panaka; reconocía que era un soldado valiente y competente.

En general, las cosas marchaban excelente, salvo por una ligera molestia llamada Aayla Secura, quien no dejaba de vigilar a Arnet cada vez que iba al palacio real.

Por otro lado, tenía a la recién activada ONI haciendo de las suyas, lo cual era otro dolor de cabeza. El Spartan no sabía cómo podría soportar todo eso.

"¿Es normal que los Jedi sean así?" comentó a Panaka mientras sentía cómo Aayla Secura los vigilaba desde atrás.

"Así ¿cómo?" preguntó el capitán.

"Entrometidos", contestó. "Siento que no confía en mí", añadió, refiriéndose a Aayla.

"He conocido a varios Jedi, pero jamás he visto uno tan... desconfiado y prepotente", dijo Panaka, refiriéndose a Aayla.

Arnet recordaba que Aayla, además de ser una hermosa Twi'lek, era una gran guerrera y una Jedi excepcional. Tenía paciencia, comprensión y habilidades formidables en todos los aspectos. Sin embargo, la Aayla que conocía Arnet era inmadura, desconfiada y prepotente.

"Es normal desconfiar de las personas que están rodeadas por el lado oscuro", contestó Aayla desde detrás.

Arnet rodó los ojos. "Niña, no me digas esa tontería. Ni siquiera sé qué es eso", dijo Arnet, dándose vuelta ya visiblemente estresado. "¿Qué parte de querer paz no entiendes?"

"Si demostraras querer paz, ya lo habría notado. Generas desconfianza con tu mirada fría, tu apariencia aterradora e incluso tus soldados no inspiran confianza. Ustedes no son de fiar, sé que nos traicionarán", contestó Aayla, acercándose a Arnet con molestia palpable.

Arnet no lograba comprender cómo ella había llegado a ser una Jedi. Apenas estaba capacitada para ser una padawan. Era como si estuviera en plena adolescencia, pero ya era toda una Caballero Jedi.

"No estoy para estos juegos de niños", contestó Arnet mientras se daba la vuelta y caminaba hacia cualquier lugar para alejarse de la Jedi.

"¿Qué?" dijo la Jedi, molesta ante tal falta de respeto de Arnet. "¿Juegos de niños? ¡Soy una Jedi! Debes respetar con quién hablas".

Arnet no quiso seguir escuchando y continuó caminando. "Panaka, la Senadora Amidala me solicitó en el palacio. ¿Sabes para qué?" comentó, ignorando a la Jedi molesta.

Panaka simplemente negó con una sonrisa, observando a la Jedi con atención. "No que yo sepa. Pero si quieres, puedo llamarla o preguntar", sugirió.

"Eso sería genial", respondió Arnet con una media sonrisa, agradecido por la disposición de Panaka.

"Ya vuelvo", dijo Panaka, ordenando a sus hombres que se quedaran en la habitación mientras él iba a buscar a la Senadora Amidala.

Arnet caminó hasta una ventana desde donde admiró el paisaje de Naboo, sintiendo la mirada penetrante de Aayla Secura sobre él.

Star Wars: El UNSC Llegó Para QuedarseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora