Tristeza...
Eso es lo que sentía ahora mismo un chico con cabello blanco junto con ojos morados y con un traje algo elegante, mirando desde un avión una ciudad en la cual se encontraba una enorme isla y con una montaña con una especie de monumento.
Es bueno estar de vuelta en Sinnoh, aunque haya perdido esa liga, el lugar es bastante bonito.- Es lo que diría el sujeto peliblanco con una sonrisa pero que aún mantenía su expresión triste.
Este chico era Maxi Evie Destroyar Apocalipsis Caos, el cual ahora mismo tuvo su primera misión como Arkadiano, el cual era ser Ash Ketchum y que toda la historia del mundo de Pokémon ocurriera, eso incluía las derrotas de la liga.
Sin embargo, todo iba bien, pero cuando llegó la liga de Alola, Maxi en un descuido volví a perder su última oportunidad de que se convierta en el campeón de Alola.
Cuando perdió y busco a sus Pokemones, pudo escuchar de sus amigos, de Delia, de los amigos de Alola y sus pokemones, que él era un pésimo maestro Pokémon y que también se lo habían dicho a las demás regiones, sin mencionar que Delia le dijo que ahora ya no era más su hijo.
Cómo si me importara que ya no soy más su hijo.- Pensaría Maxi con algo de tristeza mientras que el avión estaban llegando a sus destino, se suponía que la primera misión debía ser completada como ocurrió en la línea original, pero falló. No pudo prometer a su familia que él cumpliera con su primera misión, a pesar de eso, se sentía como un inútil, quisas los Evies tenían la razón y solo ganó ganó contra ellos por pura suerte.
Maxi recibió una llamada de su hermano Ale, pero decidió ignorar esa llamada, incluso también estaban mensajes de sus amigos Aza, As, Zord y otros más, pero decidió apagar su celular y no recibir más llamadas o más mensajes, ahora solo quería una cosa...
Paz y tranquilidad.
El avión había llegado a la región de Sinnoh, en el cual el peliblanco solo dió un suspiro con algo de alegría de estar en ese lugar, recordaba muy bien cuando intentó ganar la liga de esta región junto con Pikachu y los demás, pero después esa sonrisa desapareció cuando recordó que todos lo traicionaron.
Sus pensamientos se fueron cuando escuchó a muchas personas hablando o susurrando sobre él, mayormente eran mujeres con Pokemones, las mujeres tenían un pequeño sonrojo al ver a Maxi, el cual decidió ignorar olímpicamente esas miradas de las mujeres. Sin embargo, cuando caminaba por Sinnoh, se sentia más nervioso porque las miradas aumentaban hacia él z provocando que el peliblanco solo se ponga la capucha y un cubrebocas para que no lo vean.
El peliblanco se detuvo cuando vió a muchos reporteros viendo desde una ventana, así que estaba algo curioso por eso, pero después se dió cuenta que ese lugar era la heladería más famosa de Sinnoh.
Cynthia.- Pensó el último Evie con una sonrisa y un sonrojo que no se pudo mostrar. En sí, cuando vió a la campeona de Sinnoh por primera vez, sintió un flechaso, ya que Cynthia era hermosa para ella. No, era como ver a una diosa en frente de los humanos, ya que Cynthia era una arqueóloga Pokémon y tenía un cuerpo muy perfecto, un cabello rubio largo junto con un traje negro con decoraciones que parecían gotas de agua, además de esos ojos de color gris que hizo que Maxi se haya enamorado a primera vez.
Sin embargo, lo que no sabía el chico, es que la campeona de Sinnoh también se había enamorado de Maxi, cuando lo conoció por primera vez y veía como trataba de buena forma a sus Pokemons como familia y no como mascotas o herramientas, aunque Cynthia tenía un problema. Es que ella tenía treinta años.
Autor: Pero un gran sabio dijo una vez "cuánto más arrugada la pasa, es más dulce la fruta".
Cynthia se encontraba sentada en mientras que comía algo de helado, aunque le molestaba un poco que los periodistas no la dejen tranquila, pero tenía que calmarse y decidió seguir comiendo su helado, pero sin darse cuenta, desde otra mesa se encontraba el peliblanco el cual estaba mirando a Cynthia quien comía su helado con una sonrisa, mientras que los periodistas se iban.