Capitulo 1

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Las fuertes gotas no dejan de chocar en la ventana de su oficina, provocando un sonido más allá de tranquilo; tenebroso. Teclea con rapidez en su computadora, registrando algunos documentos necesarios en lo que se baja la intensidad de la tormenta.
Su teléfono empieza a sonar con intensidad por culpa de un número oculto. Confundido recibe la llamada.

—¿Quién eres? —Responde una vez descuelga. Está dispuesto a dejar la llamada al primer comentario.

—Soy yo. —Al otro lado de la línea suena la indistinguible voz de Castro.
Su ceño se frunce lleno de confusión. Llevaban bastantes meses sin hablar, casi tantos desde que Gustabo desapareció de la isla, al igual que todos los relacionados a la CIA.

—¿Por qué me llamas? —La lluvia aumenta su intensidad, agregando rayos que parecen romper el cielo.

—Tengo malas noticias. —Su voz suena pesada, tiene un tinte triste en ella. Su confusión no deja de crecer.

—Habla ya, coño.

—Ven a la ubicación que te enviaré. Necesito que lo veas por ti mismo.

La llamada se corta con rapidez y seguido le llega la ubicación. Se levanta de la silla a la vez que un fuerte estruendo suena, proveniente del cielo. Niega con la cabeza, el clima no favorece a la situación.

Agarra un abrigo y sale de la oficina.
Baja las escaleras hasta llegar al estacionamiento. Nota que todo está bastante solitario, se siente raro.

Agarra el interceptor y sale del lugar a toda velocidad. La ubicación es curiosa, le indica la playa. La presión en su pecho aparece. Que incómodo.

Llega poco después, hay muchos patrullas con las luces prendidas pero sin una sirena encendida. Un nuevo relámpago hace presencia, encendiendo el cielo nocturno junto a un fuerte estruendo.

Baja del coche y se pone el abrigo. No sirve de mucho, pues el agua cae con fuerza.
Ingresa a la arena, busca en un vistazo rápido el lugar con más agentes. Lo encuentra. Están todos en la orilla del mar, en una larga fila y con Gordon dando órdenes.

Carraspea y avanza. Su paso ahora es lento, casi arrastrado. La lluvia incrementa, es una tormenta.
Varios oficiales lo ven, por lo que le dan el paso hasta llegar delante de todos. Antes de mirar la razón por la que están todos allí reunidos, Castro se le pone en frente, a su lado yace Holiday. Ella tiene un aspecto preocupado, su esposo mantiene un semblante serio, confundido.

—Antes de que llegue, la razón por la que te he citado, quiero que sepas que me he enterado de forma repentina. Aún está en duda si es o no su cuerpo. —El ceño de Conway se frunce.

Un helicóptero comienza a acercarse, se mueve fuerte debido a la tormenta.
Dicho helicóptero es decorado en los laterales por el nombre de “Marbella”. Todos los agentes se alejan para darle espacio de aterrizaje. El viento incrementa gracias a las hélices, ésto le hace gruñir. Hace demasiado frío esa noche.
Avanza hasta quedar cerca del helicóptero. De él bajan dos policías que también tienen la marca de la ciudad española. Uno de ellos se le acerca a Castro y le estrecha la mano. Le dice algo que a causa de la fuerte lluvia no logra escuchar, tampoco le interesa.
Toda su atención recae en un nuevo oficial que empieza a bajar una camilla que cubre un cuerpo en una bolsa negra. Vuelve a fruncir el ceño. Mira a la jefa de médicos, ella le hace una seña con la cabeza. Debe ir a mirar.
Se acerca con cierto temor hacia la camilla, por alguna razón sus manos tiemblan, y la tormenta no es la responsable de ello.
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Solo digo que traigan pañuelos, yo avisé.

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⏰ Última actualización: Mar 16 ⏰

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LLUVIA TORMENTOSA || GUSTABO GARCIA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora