Capítulo 15: Cuatro horrorosas horas

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Jungkook le da una mirada de reojo a Jimin cuando estaciona fuera de la casa de Taehyung. Su amigo esboza una sonrisa en su dirección, recordando el trato que hicieron unas horas atrás. «Prometo no molestar a Taehyung por su forma de ser y evitaré discutir con él», fue la promesa que hizo el chico en el apartamento del pelinegro, antes de salir a buscar al castaño.

Iban en dos autos. En el de Yoongi irían Hoseok, Namjoon y Seokjin, mientras que en el de Jungkook viajarán Taehyung y Jimin. A pesar de su negativa, Jimin insistió y así tuvo que ser. Primeramente Hoseok se iría con ellos, pero este cambió de parecer en la mañana, con la excusa de que con su amigo de pelo rosa lo mataría si lo dejaba al lado de Namjoon. Porque según palabras de Yoongi, al chico le estaba gustando en demasía Namjoon y no quería aceptarlo aún.

Una historia que Jungkook conocía mejor que nadie.

—¿Quieres que me siente atrás para que tu noviecito esté al lado tuyo? —pregunta Jimin con diversión.

—Por supuesto —replica Jungkook. A los segundos agrega: —. No creo lograr soportarte a ti durante cuatro horas. Hablas demasiado.

Jimin le entrega una mirada de indignación y cruza sus brazos sobre el pecho.

—Disculpa por hablar tanto y no parecer una momia como tu noviecito —refunfuña el chico, desabrochando el cinturón de seguridad. Jungkook le da una mirada de advertencia, que lo manda a callar—. Mejor hubiera ido al lado de Namjoon, aguantando la respiración, porque su perfume es..., demasiado para mí.

El pelinegro suelta una risa cuando Jimin abre la puerta para cambiarse al asiento trasero.

—En algún momento deberás reconocer tus sentimientos por...

El fuerte sonido de su puerta siendo azotada lo silencia.

—¡Cuidado con mi carro, Jimin!

El chico abre la puerta trasera y masculla:

—Una palabra más y aparecerá con un rayón en las puertas.

En ese momento Taehyung sale de la casa, despidiendo con la mano a su abuelo, quien se apoya en el marco de la puerta. El hombre parece triste al ver al castaño salir del hogar. Le gustaría consultar al chico por ese cambio en el anciano.

—¡Buenos días, Taehyung! —exclama su amigo, al abrir una de las ventanas del carro.

Taehyung queda parado al medio de la calle al ver a Jimin al interior del automóvil.

«Mierda, esto es una idea pésima», se lamenta Jungkook.

—¿Por qué te quedas ahí parado? —inquiere Jimin con una fingida simpatía—. ¡Jungkook, abre la maleta para que el gran Kim Taehyung deje sus pertenencias!

—Deberías ganarte un Razzie ahora mismo por la peor actuación del año —masculla Jungkook, bajando del automóvil para ayudar a Taehyung a subir las cosas al maletero.

—Estoy cumpliendo mi parte del trato, idiota —replica Jimin por la ventana.

—Escuché eso —dice Taehyung.

En el viaje, Jimin parece padecer de incontinencia urinaria, porque cada cincuenta kilómetros al chico le entran ganas de orinar. A la tercera vez recibe una mirada molesta de Taehyung, y una de preocupación de Jungkook.

—Eso no es normal, Jimin —murmura Jungkook con la mirada fija en la carretera.

—Por supuesto que esa mierda no es normal —masculla Taehyung con enfado, mientras lee el poemario del padre de Jungkook—. Tienes veinticuatro años y te orinas solo. ¿Acaso tu niñera no te enseñó...

Amor en tiempo de elecciones | JJK & KTHDonde viven las historias. Descúbrelo ahora