Hacen una fogata para compartir algunas cervezas y conversar.
Taehyung toma asiento al costado de Jungkook, quien mantiene una animada conversación con Namjoon y Jimin. El castaño no puede evitar notar la mano que su amigo posa en el muslo de Jimin.
Está seguro que ese no es cariño de amigos.
—¿Cuál fue tu puntaje en los exámenes para entrar a la universidad, Taehyung?
La pregunta de Yoongi le roba la atención de las personas a su costado. Lleva la botella de cerveza a su boca antes de responder, mientras recuerda como sacó la más alta en dos de los tres exámenes. En el último le faltó solo una pregunta, sino hubiera hecho historia en la educación de su país.
—Saqué puntaje completo en las primeras dos —replica Taehyung sin emoción en su voz—. Me faltó solo una en el tercero.
—¿Q-qué? —preguntan Hoseok y Yoongi al unísono con el mismo tono de perplejidad en la voz.
—Mi Taehyung es tan inteligente —dice Seokjin con orgullo, pasando uno de sus brazos por sus hombros—. Puede que sea mitad robótico, pero es el orgullo de nuestro grupo de amigos.
Él tan solo se encoge de hombros y vuelve a llevar la botella de cerveza a su boca. No era tan bueno como sus amigos lo describen, pero le gustaba pensar que sí. Era difícil cuando una persona brillante se encontraba sentada a tu lado.
Sus ojos se cierran con cansancio después de un intenso día de esfuerzos físicos. Después del susto que pasó por culpa de Jungkook, los chicos decidieron jugar fútbol. Ninguno era lo suficientemente decente como para tener un partido bueno, sino que parecía una manga de idiotas persiguiendo un balón. Recibió unos cuantos pelotazos fuertes, pero uno que lo dejó prácticamente en el suelo fue el de Jimin. Fue un accidente, todos lo sabían, pero igualmente lo miro con odio en el rostro cuando le ayudó a levantarse del suelo.
Estira el cuerpo sintiendo el resentimiento en la espalda, cerca de las vértebras torácicas—lugar donde recibió el balón— y se encorva con poco. Movimiento que llama de inmediato la atención de Jungkook.
—¿Te encuentras bien? —susurra cerca de su oído.
En ese momento, las conversaciones que se desarrollan a su alrededor se vuelven totalmente ajenas a ellos, quienes comparten una mirada comprensiva. El castaño lleva una mano al área golpeada recientemente y la soba, gesto que le deja claro al pelinegro de que no se encuentra bien.
—¿Te duele mucho? —vuelve a susurrar.
—No mucho —replica bajito—. Esta semana he sido maltratado en demasía.
Jungkook suelta una risa y se inclina más a él.
Se inclina demasiado quizás.
La distancia entre ellos es mínima, y Taehyung está seguro que los amigos no mantienen tan mínimo espacio personal.
—Entonces deberíamos ir a la cama —dice Jungkook.
Estaba un poco mareado por el alcohol en su sistema, por lo que, cuando el pelinegro se incorpora de la manta en la que se encuentran sentados, Taehyung se inclina hacia el lado. Por suerte Jungkook es rápido y alcanza a tomarlo.
—Creo que bebiste lo suficiente hoy.
Los otros presentes sueltan una risa al ver la escena.
—Nunca es suficiente —balbucea Taehyung.
Jungkook alza una ceja y le ayuda a incorporarse.
—Una vez dije lo mismo y terminé en un coma etílico —comenta el pelinegro en un tono de diversión.
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Amor en tiempo de elecciones | JJK & KTH
أدب الهواةAnte un escándalo gubernamental, mensajes privados de Jungkook, el encantador hijo de la actual presidenta de la nación, son filtrados, revelando su atracción por Kim Taehyung, su apático rival académico de la universidad más prestigiosa del país. E...