Antes de ir al hogar de Taehyung, deciden beber algo caliente con sus amigos, por el frío que los envuelve al salir del examen. Los días son cada vez más fríos. Tanto, que Jungkook ya había sacado sus pantis del ropero para su uso diario. Jimin se había burlado unas cuantas veces, pero se callaba rápidamente al ver la seria mirada de Taehyung sobre él.
Los árboles se agitan con fuerza, amenazando una próxima tormenta. Los siete se encogen cuando, el viento es tanto, que empuja con fuerza el tejado del exterior de la cafetería. Eran unos tontos por estar tomando café en el exterior cuando el viento los azotaba, lo sabían, pero no les interesaba.
—Creo que hoy me iré a casa —murmura Yoongi—. Adiós biotecnología, nos vemos el próximo semestre —bromea.
—¿Lo estás reprobando? —pregunta Jimin, masticando una medialuna rellena de chocolate.
—Por supuesto —replica el chico—. No hay semestre que no repruebe algo. Eso es para gente sin vida social y con problemas paternales.
Taehyung y Jungkook arrugan el entrecejo al mismo tiempo.
Hoseok debe alejarse de la mesa cuando se ahoga con el té negro que bebe por la gracia que le causa la escena.
—¡Oye! —exclama Jungkook.
—Idiota —dice Taehyung al unísono.
—¿Acaso es mentira? —inquiere Yoongi burlón.
Jungkook abre la boca para replicar, pero... no tenía mucha vida social desde que dejó sus malas prácticas —nada aparte de los chicos— y tenía problemas paternales. Desvía la mirada a Taehyung, quien parece notar lo mismo en sí mismo.
Habían perdido.
Ambos.
Jimin explota en carcajadas cuando ve sus expresiones faciales al notarlo.
—¡Idiotas! —exclama, mientras el viento sopla alrededor de ellos.
[...]
Debe manejar con cuidado a la tienda de pastelitos de arroz, antes de irse directo a la casa de Taehyung. Al estacionar, ambos bajan con dos abrigos cada uno por la tormenta que cada vez se deja ver más. Entrelazan sus manos antes de emprender camino a la tienda donde compraron los favoritos de la madre del chico. Jungkook se apega todo lo que puede a su novio —cada vez menos— falso.
Al entrar, sueltan un suspiro de satisfacción por el cálido ambiente del espacio. Taehyung observa por la ventana como se agitan los árboles y los tejados de las casas, y no puede evitar estremecerse.
Esta vez es Taehyung quien se toma tiempo para elegir los pasteles de arroz. Bajo instrucciones de Jungkook, tiene un pase ilimitado de pastelitos, por lo que no se pone freno. Hace años que no se daba el gusto de comer esas delicias, y aprovecharía al cien por ciento el dinero del gobierno... es decir, de su casi novio real.
—¿Pagarás esto con mis impuestos? —pregunta Taehyung, un poco gacho para elegir los pasteles.
La atención de Jungkook no se encuentra fija en los pasteles, vaya que no. Es inevitable mirar lo que se encuentra frente a él. Y, cuando se inclina a revisar de mejor manera los sabores, se ve aún más increíble.
—No me mires el trasero, Jungkook —dice con seriedad.
Eso es lo único que parece sacarlo del trance, porque da un respingo y suelta una risita nerviosa. Niega repetidas veces, usando las manos en ocasiones.
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Amor en tiempo de elecciones | JJK & KTH
FanficAnte un escándalo gubernamental, mensajes privados de Jungkook, el encantador hijo de la actual presidenta de la nación, son filtrados, revelando su atracción por Kim Taehyung, su apático rival académico de la universidad más prestigiosa del país. E...