Capítulo 30: No quería ser tu amigo

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Es muchísimo más tranquilo que la vez pasada.

Jimin parece mantener la vejiga controlada para evitar irritar a Taehyung, y el contrario parece morder su lengua cada vez que el chico le da material para burlarse de él. Y Jungkook se los agradece.

Hacen una parada en una gasolinera para cargar el automóvil y estirar las piernas. Yoongi y Seokjin parecen pensar lo mismo, porque también estacionan sus carros en el establecimiento. Jimin corre hasta el automóvil de Seokjin para lanzarse sobre su novio. Taehyung pone los ojos en blanco al verlos tan felices. Pero después recibe un beso de Jungkook en la mejilla y se siente igual de idiota que esos dos.

Al volver a subir a los carros para seguir las dos horas restantes que les quedan, Seokjin decide ceder el asiento de piloto a Jimin —porque Namjoon, a pesar de saber conducir, siempre lo evita— y él se va al antiguo lugar del chico.

Y así es como llegan sin problemas a la casa del lago.

Taehyung le entrega una mirada cargada de tristeza al estacionar en la gravilla que cubre la entrada de la casa. Jungkook esboza una sonrisa tranquilizadora antes de bajar del automóvil. Ambos sienten tragos de diversas emociones al volver a encontrarse frente al precioso lugar. La nieve cubre la vegetación del lugar y adorna los copos de los grandes árboles nativos que cubren los cerros y montañas alrededor. El viento les regala una fría y dolorosa bienvenida, que también forma parte de las vistas.

La vez pasada el frío era menos, pero la desolación era más.

Les cuesta abrir la puerta de la entrada por el hielo, pero no es nada que unos cuantos empujones no logren derrotar. El interior del hogar es igual de frío que el exterior. Sin embargo, gracias a la habilidad de Jungkook de encender fuego con tan solo dos pedazos de madera y una hoja de periodico, este es rápidamente reemplazado por un cálido calor. Tanto, que deben jugar a piedra, papel y tijera para elegir a los dos responsables de ir a buscar los bolsos y maletas a los maleteros. Los perdedores son los primos Kim.

Mientras esperan sus pertenencias, Taehyung toma la mano de Jungkook y —prácticamente— lo arrastra hasta el segundo piso de la casa. El pelinegro siente una presión en su pecho cuando el contrario se detiene en el mismo lugar donde algo se derrumbó entre ellos en esa instancia. Pero ahora parecen encontrarse personas completamente diferentes ahí mismo.

—Yo no quería ser tu amigo tampoco —susurra Taehyung.

Jungkook levanta la mirada al rostro del chico y una triste sonrisa se posa en su rostro.

—Pero me costó un poco notarlo —agrega a los segundos.

Eso es suficiente para acortar la distancia entre ellos y fundirse en un cálido beso. El pelinegro posiciona sus manos en las mejillas del contrario para pegarlo aún más a él si es que es posible. Taehyung debe separarse unos centímetros de la boca que tanto anhela para reír ante la necesidad de Jungkook, pero rápidamente esta se corta porque es nuevamente atacado con unos besos menos delicados que los anteriores.

No saben en qué momento comienzan a moverse, pero en algún punto del intenso besuqueo llegan a la habitación principal de la casa. Jungkook abre la puerta con facilidad y los adentra en un rápido movimiento. Taehyung tan solo se deja llevar, porque no logra concentrarse en otra cosa que no sea la persona frente a él. Bueno, quizás si trata de pensar en otra cosa cuando unas manos llegan a su trasero para alzarlo y ser dejado en la cama. Pero lo olvida rápidamente porque está más concentrado en seguirle el ritmo a Jungkook, quien pasea sus manos con ansiedad por sus costillas hasta su trasero, robándole unas risas por las cosquillas que siente.

Amor en tiempo de elecciones | JJK & KTHDonde viven las historias. Descúbrelo ahora