SESENTA Y DOS

1.1K 149 8
                                    

------------------------------

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

------------------------------

Léa Malfoy

~

Solté la servilleta y me puse de pie de manera un poco torpe. Salí del restaurante tan rápido como pude y sentí aquella presión horrible en el pecho, mi pulso se había acelerado y la falta de oxígeno me hacía respirar de manera artificial una y otra vez.

No podía ser cierto.

Aquello que tanto había temido desde que supe que debía volver a Inglaterra, se había hecho real.

La mirada perdida e incrédula de Hermione se había quedado grabada en mi mente, que por un momento se había sentido irreal, como una ilusión. Hasta que la mirada de todos estaban sobre mi, corroborado que habían visto lo mismo que yo.

"¿Quieres que te acompañe?"

Me había ofrecido Anne pero yo negué su petición, forzando una sonrisa que rápidamente se desvaneció en mi rostro.

"Léa..."

Comenzó Scorpius alargando su mano para tomar la mía, pero yo ya había agarrado mi bolso y había atravesado la puerta del restaurante tan rápido como pude.

Lo que necesitaba en aquel momento era no escuchar nada, solo volver a tomar las riendas de mi misma.

Pensé en lo ideal que sería correr calle arriba, llegar al aeropuerto y tomar un vuelo directo a Francia.

En mi mente siempre había estado la opción de volver a ver a Hermione pero no pensaba que realmente podía cumplirse y mucho menos de aquella manera. De todas formas, ¿Qué se suponía que debía hacer en una situación así?

Debía controlarme, pero no sabía cómo.

Escuché la puerta detrás de mi, pero lo ignoré, hasta que la voz que escuché me hizo salir de mis pensamientos.

—Léa– habló Scorpius, se acercó a mi y yo traté de aparentar calma hasta que sus manos se colocaron en mis hombros y les doy un suave apretón —Hemos pedido la comida para llevar, no tienes que entrar de nuevo.

—Tranquilo, no es necesario...— pero mi voz se quebró, delatándome.

Suspiró y se acercó a mi, apretándome entre sus brazos, yo apoyé mi mejilla en su hombro.

—Conmigo nunca has tenido que fingir, no lo hagas ahora— su mano subía y bajaba por mi espalda dando leves caricias.

Y aunque una parte de mi quiso romperse en aquel momento, no lo permití. Limpié rápidamente la lágrimas que habían caído por mis mejillas y me separé de los brazos de Scorpius.

ᴍᴇʟɪꜰʟᴜᴏ~ ʜᴇʀᴍɪᴏɴᴇ ɢʀᴀɴɢᴇʀ (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora