Code Breaker

Capítulo 1. La misión

Artemisa

Lunes 24 de diciembre de 2018

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Trabajar, trabajar y trabajar.

Al estar lejos de su familia las festividades decembrinas se convertían en cualquier cosa menos su fuerte, y ser la mejor hacker de todas las agencias de inteligencia y tener como alias el tan renombrado "Code Breaker" no le permitía tener mucho tiempo libre. Pero aunque suene como molestia, ella amaba su trabajo y jamás cambiaría quién era.

Su trayectoria la convirtió en la líder del área de Delitos Informáticos en el MI6, la agencia de inteligencia exterior del Reino Unido; y desde hace un año imparte órdenes a toda el área, incluso a los más veteranos de la agencia, recibiendo miradas de admiración al ser la hacker más joven del lugar o miradas de odio por creer que su éxito se debe a algo más y no su talento.

Artemisa jamás se ha dejado intimidar por habladurías, incluso ahora, caminando por los pasillos de la sede del MI6 de Londres, con sus 1,73 de estatura, espalda recta, blusa rosa sin mangas y con encaje, un jean y unas converse que impiden que resuenen sus pasos a comparación de las otras mujeres camaradas, pues si, odia los tacones con todo su ser. Con su sencillez sonríe recordando el correo del BKA, solicitando su presencia en las sedes alemanas para obtener un mejor cargo y con más adrenalina.

Da pequeños saltitos sin poder ocultar su emoción, y así, llega por fin a la oficina del director del MI6, con tres toques a la gran puerta de vidrio suspira antes de escuchar la voz de su maestro a través de los cristales.

—Adelante.

Ingresa cerrando la puerta y apreciando al señor canoso delante de ella, sonríe y camina como una chiquilla hasta el asiento frente a su escritorio, este hombre, queridos lectores, la acogió desde el primer momento que salió de España y pisó suelo inglés, le enseñó, guio y puso barreras para que aprendiera y se superara.

—¿Qué hay jefazo? —soltó una risilla mientras él levantaba su cabeza de los papeles entrecerrando sus ojos y resoplando por la nariz.

—Te he dicho que me digas señor Alexander.

—Que aburrido eres, además acá solo estamos los dos no hay nadie más.

—Pero se te puede salir el "jefazo" delante de otros, otra vez —Artemisa no pudo evitar soltar una carcajada.

Alexander Gray, el director del MI6, pasó la mayor vergüenza de su vida cuando Artemisa lo llamó jefazo delante del Primer Ministro, pero entiendan, no sabía que estaba ocupado y ella había acabado de descifrar el código malicioso que la agencia estaba investigando, estaba eufórica.

—No lo vas a olvidar ¿verdad?

—Claro que no, el mismo ministro se encarga de recordármelo —vuelve a reír aunque él es pura seriedad —. Ahora señorita, me informaron que el día de ayer terminaste tus prácticas de tiro y defensa —asintió aún sonriendo —, bien —abre uno de sus cajones derechos y le tiende un sobre de manila —, allí se encuentran tarjetas, dinero y todo lo que necesitas desde mañana.

—Así que me voy mañana.

—No, te vas hoy —lo miró sorprendida —, tendrás que hacer una primera parada en Wiesbaden donde el director del BKA te recibirá y te dará las instrucción de la misión .... Ah se me olvidaba, tu avión sale en media hora así que lo mejor es que te apures —abrió aún más sus ojos y su pecho se infló.

—¡¿Media hora?! No he hecho maletas.

—Ya las hicieron.

« ¡Ja! No sé ni de que me sorprendo» pensó Artemisa.