❋Episodio 57 ❋ "Haloween"

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Mylen Sharon
28 de octubre, 2019

El tiempo habia pasado volando, y muchas cosas pasaron desde que alex y y nos volvimos pareja. Pero al pasar nuestro primer mes de pareja me consta decir como vivimos ahora, ¿cierto?

Habíamos vuelto a la rutina universitaria, pero claro, no podíamos dejar a Roma abandonada en el departamento, por lo que alex y yo nos turnábamos por semana para hacerle de niñera <<en pocas palabras llevarla a donde sea que fuéramos durante el horario escolar>>, asi fue mucho mas evidente nuestra relación dentro de la universidad, quien no se lo creía, por mí.

Claro que carolina fue un gran apoyo para callar a todos esos rumores.

Algunas veces salíamos al cine, otras simplemente paseábamos o nos quedábamos en casa juntos sin hacer nada. Pero siempre terminaba en una misma cosa.

<<ni te creas, que tu causas la mitad de ellas>>

No puedo negarlo, es lo mejor que me ha pasado en la vida.

Hoy en la tarde alex habia vuelto de su entrenamiento, pero cuando paso por la cocina me vio preparándome un pan con mermelada, en calzoncillos, sin bra, en una playera suya.

Fue sorprendente lo rapido que sus mochilas cayeron al piso y corrio a saludarme.

—vaya forma de llegar a saludarme. —dije riendo cunado me abrazo completa. —no me acostumbro a tu comodidad, aunque me encanta.

—¿deberia de ponerme algo mas?

—si no quieres que corra como lo hago cada que te veo asi, seria una buena opción.

—¿y si no quiero? —me acerque a su boca en un suspiro, mordiendo su labio de manera superficial, que puedo decir, estaba hormonal.

<<siempre que lo ves te pones hormonal>>

—mi querida novia, tendrás que comerte tu pan en otro momento, porque al que le toca merienda es a mi. —me ataco en un dulce beso, me levanto en sus brazos y sus manos estaban aparentado mi trasero muy descaradamente.

—no se juega con la comida, alex —me burle. Ni tiempo le tomo subirme a sus brazos y llevarnos hasta la ducha.

—tendrás que acompañarme hoy, linda.

—pero si simepre te acompaño.

—es cierto.

Los besos se volvieron caricias y las caricias toques indecentes, sentia el corazon en mi garganta como si fuera la primera vez que husmeaba dentro de mi. Mi cuerpo se encontraba ardiendo al toque de su piel, su mano tomando mi cabello en una coleta y sus besos o húmedos por toda mi espalda se cambuflajeaban por las gotas cálidas del agua.

Había perdido aquella sobriedad que me mantenía cuerda ante él, me acerque hasta que estuvo en mi, ambos soltamos un largo gemido de comodidad, como si las cosas siempre estuvieran destinadas a ser asi.

—no entiendo mylen, como encajamos tan bien, siempre. —claro que lo escuchaba, pero no podia codiciar el hablar cuando estaba más concentrada en las duras embestidas de sus manos en mi cadera a su pelvis—¿linda? —lo unico que salía de mi boca eran los cortos gemidos que soltaba de manera involuntaria.

—toma un poco de aire, no hemos acabado... —me levanto en sus brazos de nuevo, pude tomar un frio respiro aunque seguía dentro de mi. Puse mi frente con la suya, dándonos un momento de tranquilidad.

—te amo, alex.

—yo tambien te amo, mylen.

Claro que eso no termino ahí, de ahí pasamos al vestidor <<que no sirvió de nada>>, de ahí a la cama hasta que perdimos la noción del tiempo.

Una flor de otoño (en edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora