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Disclaimer: Los personajes de esta historia son de Rumiko Takahashi.
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KAGOME
Lo sabía, solo era cuestión de tiempo para terminar de asimilar que sería madre.
A solo un día de la boda de Sango y Miroku, me pregunta si en verdad así sería como todo terminaría entre Inuyasha y yo. Y sumando el asunto de mi embarazo, el pronóstico no se mostraba para nada alentador.
En estos días, Inuyasha se mostraba algo distraído, tal vez distante. Asumí que todo se debía a su trabajo y la ausencia de este que lo tenía todo el tiempo con el celular en la mano. De todas formas, se supone que había dejado de ser mi asunto el día que decidió firmar los papeles del divorcio, papeles que por cierto yo aún no había firmado.
–¿Kag? ¿Sigues ahí?
–¿Eh? –dije distraída.
–Kagome, ¿el rosa o el verde?
Había olvidado que estaba hablando con Sango por teléfono.
–Creo que mejor voy a tu casa y decido ahí.
–¡Genial! Los chicos llegarán a las nueve.
–¿Iremos con ellos? –cuestioné dudosa.
–Pues claro. No pienso dejar que Miroku tenga una despedida de soltero solo con Inuyasha.
–Pero de eso se trata las despedidas de soltero. El no tener que ver a la novia es una de ellas.
–Kag, lo siento, pero no repetiré lo que pasó en tu boda.
Sonreí inconscientemente, ese día Inuyasha llegó tarde por haberse quedado dormido en el bar. Y claro, Miroku era el único responsable.
–¿Crees que Inuyasha se va a vengar de él?
–No lo creo, estoy segura. Por eso será una despedida de solteros, pero juntos. Y claro que no tenían que faltar nuestros mejores amigos. Los que nos dan un ejemplo perfecto de que el amor es para siempre.
–Sango...
–Bueno, te espero Kag. ¡Qué emoción!
–Sí, nos vemos –dije con pocas ganas.
¿Qué habíamos hecho mal? ¿Por qué llegamos a este punto?
–¡Kagome, hija!
–¡Voy mamá!
Bajé de la cama y salí a su encuentro, para mi sorpresa se encontraba en el ático de la casa.
–¿Mamá? ¿Qué haces ahí?
–Ven, ayúdame con estas cajas.
Recibí todo lo que me alcanzaba y lo puse sobre el suelo. No pesaban mucho, pero después de haber salido de un cuadro de fiebre y haber estado en reposo por días, mis músculos se sentían más pesados. ¿O era por el embarazo?
–¿Qué hay aquí?
–Ah pues ya lo verás.
Abrió una caja y sacó de esta un pequeño conjunto blanco.
–Mamá... –la miré suplicante.
–Sí, sé que ya lo hablamos, pero tal vez ver la ropa de bebé que usabas te haga cambiar de opinión.
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ENTRE PROMESAS ROTAS
ФанфикKagome e Inuyasha deciden divorciarse, pero una invitación de boda de sus amigos los lleva a fingir ser una pareja feliz. La incertidumbre sobre cómo manejarán esta situación plantea interrogantes sobre el destino de su relación y las sorpresas que...