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Disclaimer: Los personajes de esta historia son de Rumiko Takahashi.
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INUYASHA
Di un golpe al volante cuando perdí de vista el auto de Koga.
Tenía que hablar con Kag, no podía dejar que se fuera sin antes aclarar el malentendido. Toqué el claxon en reiteradas ocasiones deseando que el auto de enfrente avanzara, pero al parecer al idiota no le importó.
Cuando llegué a casa de Yukiyo, me sorprendió ver todas las luces apagadas. Corrí a la habitación de Kag y la desesperación me invadió al no encontrarla. Saqué mi celular y la llamé suplicando que me contestara, pero no fue así.
Tuve que volver a la fiesta en busca de Sango.
–¡Eres un maldito idiota! –exclamó Sango apenas me vio.
–Amor –Miroku trató de retenerla.
–Mira que engañar a Kag con esa mujer ¡es lo más cobarde que has hecho!
–No tengo tiempo para esto Sango...
–¡Ah! Pero para encontrarte con Kikyo sí que lo tenías ¿Verdad?
–Te equivocas, entre Kikyo y yo no hay nada –aclaré–. Solo es trabajo.
–Y ¿Cómo explicas lo que acaba de pasar? –Apuntó a nuestra mesa– Esa mujer prácticamente se te lanzó encima, ese tipo de cosas no lo hace una "compañera de trabajo" –escupió agria.
Pasé una de mis manos por mi cabello mientras tomaba aire desesperado.
–No sé qué le pasó. Ella no es así, Kikyo no...
–¡Encima la defiendes!
–¡No la estoy defendiendo!
–Ok, bien, vamos a calmarnos –intervino Miroku mientras se ponía entre nosotros– No hay necesidad de llamar la atención.
–¿Dónde está Kag? –cuestionó Sango sin quitarme los ojos de encima.
Desvié su mirada y fue entonces que empezó a alterarse.
–Inuyasha ¿Dónde está mi amiga?
–No lo sé...
–¡Qué dices!
–Se fue con el idiota de Koga, fui a casa su mamá y no la encontré. Por eso vine aquí, quiero que me prestes tus llaves, tal vez se fue a tu casa.
–¿Crees que Kag es tan tonta? –soltó mientras rechazaba la paz de Miroku– Y si así fuera, me tragaría esas llaves antes de que vuelvas a hacerle daño.
–¡Sango, espera!
–Quieto ahí –advirtió Miroku cuando quise ir tras la mujer.
–Miroku por favor entiéndeme, estoy desesperado. Necesito hablar con Kagome, necesito solucionar las cosas. Nada es como ella cree.
–Me gustaría ayudarte amigo, pero lo cierto es que tú mismo te lo buscaste. Te lo dije, desde el momento que te vi sonriendo a ese celular, te lo dije.
–Pero las cosas no fueron así, yo jamás engañaría a kag, tú más que nadie sabe lo mucho que la quiero. Si sonreía era por las estrategias y propuestas de márketing que Kikyo hacía.
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ENTRE PROMESAS ROTAS
Fiksi PenggemarKagome e Inuyasha deciden divorciarse, pero una invitación de boda de sus amigos los lleva a fingir ser una pareja feliz. La incertidumbre sobre cómo manejarán esta situación plantea interrogantes sobre el destino de su relación y las sorpresas que...