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Disclaimer: Los personajes de esta historia son de Rumiko Takahashi.
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KAGOME
Me encogí más bajo las mantas mientras escribía un "gracias" a Mady.
Sabía que Inuyasha vendría a buscarme aquí, por eso apagué todas las luces y le pedí a nuestra vecina que le mintiera. La verdad no tenía planeado dejar Toki, no a menos que se haya vendido la casa, como decía en el contrato de divorcio, ahora me pertenecía, al parecer Inuyasha no quería tener nada que le recordara a nosotros.
Dejé que unas lágrimas traviesas mojaran mis mejillas a pesar de haber decidido que ya no lloraría por el bien de mi bebé, pero al parecer escuchar la voz de Inuyasha, después de días, me hizo considerar la idea de abrir la puerta y lanzarme a sus brazos. Solo que no lo hice y todo gracias a Mady.
Lancé el celular y me acurruqué aún más sobre el sofá de nuestra sala. Tenía que seguir con mi vida, no podía derrumbarme y menos ahora que tenía a una pequeña parte de nosotros creciendo en mi interior.
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–¿Cómo has estado?
Miré a Naraku una vez que rompió el abrazo.
–He tenido unos días muy difíciles –dije sincera ante su cálida sonrisa.
–Ya me enteré.
–Veo que las malas noticias se esparcen como las plagas.
Frotó mis hombros antes de tomar asiento sobre el sofá de mi ahora solitaria casa.
–No fue tan mala noticia para algunos –comentó extendiendo una de sus manos para que me sentara junto a él– Solo no me explico el por qué Inuyasha actúa como si nada en la clínica, pareciera que nada le afectara en lo absoluto.
–De seguro está muy ocupado con lo de la candidatura –Fue mi patético intento de justificarlo.
–Como todos, pero con un hijo en camino al menos tendría la descendencia de mostrar un poco de interés por mi exmujer ¿No lo crees?
Entonces desvié la mirada.
–Porque se lo dijiste ¿verdad? Kag.
–Bueno... No se dio la oportunidad –dije jugando con mis dedos– De todas formas, ya no importa.
–Kagome, claro que importa.
–Puedo cuidarme sola, no lo necesito a él...
–Y no lo dudo linda, pero este pequeño –Puso una de sus manos sobre mi abdomen– Tiene el derecho de tener un padre.
–Lo sé... –solté poniéndome de pie y cubriendo mi estómago con el abrigo– Pero, no quiero que por mi culpa él deje y renuncie a sus sueños, un bebé, este bebé, le complicaría las cosas y yo no quiero ser la responsable de que eso ocurra.
–A pesar de todo, aún te preocupas por él –sonrió– Eso es admirable.
–¿A qué te refieres con, a pesar de todo?
Su sonrisa se esfumó y la ansiedad volvió a crecer en mí.
–Naraku dime por favor –Me volví a sentar junto a él.
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ENTRE PROMESAS ROTAS
FanfictionKagome e Inuyasha deciden divorciarse, pero una invitación de boda de sus amigos los lleva a fingir ser una pareja feliz. La incertidumbre sobre cómo manejarán esta situación plantea interrogantes sobre el destino de su relación y las sorpresas que...