Capítulo 18

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Disclaimer: Los personajes de esta historia son de Rumiko Takahashi.

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INUYASHA

–Sango... –insistí al no obtener respuesta– Sango... –volví a insistir.

–Sigo aquí... –musitó–, solo que no sé por dónde empezar.

–Dile lo que me dijiste –intervino Miroku algo molesto.

–¿De qué están hablando? –dije empezando a perder la paciencia.

Escuché un resoplido del otro lado y por lo visto Sango estaba bastante estresada.

–Primero que nada, no lo dije antes porque le hice una promesa a mi amiga, pero...

–Pero –recalqué.

–Al ver que te estás comportando como un completo idiota no había forma de que me quedara callada. El hijo que está esperando Kag es tuyo y antes de que digas alguna estupidez Inuyasha, escúchame.

–Bien, te escucho –solté tajante.

–Cuando Kag me contó sobre su divorcio, de hecho, fui yo la primera en enterarse y justo fue el día antes de mi boda. El hecho es que también me contó de su embarazo. Kag estaba hecha un lio, la hubieras visto, nunca antes la había visto tan al borde de la desesperación –contó con pesar– Me dijo que no quería contártelo porque no quería ser la razón por la que renuncies a tus sueños. El puesto de director supone una gran responsabilidad y carga Inuyasha, y ella no quería que su hijo significara una más. Encima de eso estaba el tema del divorcio ¿Entiendes el peso que cargaba?

No dije nada, para mí todo esto era completamente surreal. Un complot en mi contra para que me creyera que su engaño nunca existió.

–La convencí para que te lo dijera, pero luego pasó lo de Kikyo y todo se fue al tacho –siguió– Eres completamente consciente de que lo arruinaste ¿Cierto?

–Ya dije que entre Kikyo y yo no había pasado nada, al menos no en ese entonces –aclaré.

–¿Y ahora? –cuestionó.

–Ahora es diferente.

–No veo la diferencia, pero aquí el único hecho real es que ese bebé es tuyo. Lo sé porque conozco a mi amiga y sé que ella jamás me mentiría con algo así.

–Me ha estado mintiendo todo este tiempo e incluso se ha estado viendo a escondidas con su amante ¿eso no es suficiente evidencia como para desconfiar de ella?

–¡POR DIOS INUYASHA! Kagome fue tu esposa por tres años y se conocen desde hace más de doce años, se supone que deberías de conocerla a la perfección.

–Eso creí, pero...

–Deja de dudar de Kag y mejor ve a buscarla –demandó ofuscada.

Sonreí con ironía.

–¿Para ver cómo es feliz con el idiota de Kumo?

–No tonto, para recuperar a tu familia. ¿Acaso quieres que tu hijo crezca sin tener idea de quién eres?

Por alguna extraña razón sentí una punzada en el pecho.

–En caso de que fuera cierto lo que dices –solté– Kag no quiere verme.

ENTRE PROMESAS ROTASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora