Capítulo 19

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Disclaimer: Los personajes de esta historia son de Rumiko Takahashi.

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(Ocho meses atrás)

KAGOME

–¿Te gusta?

–Kag, ¿cuándo hiciste todo esto?

Sonreí cuando me tomó de la cintura y me atrajo hacia él.

–Feliz cumpleaños mi amor –solté.

Dejó un cálido beso sobre mis labios antes de volver a mirarme con aquellos hermosos ojos dorados.

–Así que por eso estabas tan ocupada los últimos días.

Sonreí mientras le quitaba un poco de mi labial de su boca.

–Quería que te distrajeras un poco, has estado trabajando mucho últimamente que pensé que el venir aquí sería una buena idea –sonreí– Ya sabes, naturaleza, aire puro, yo, la cabaña...

–¿Qué dijiste?

–¿La cabaña?

Me hizo cosquillas en las costillas.

–Eso no, dijiste algo antes de eso.

–Yo –dije entre risas.

–Sí, tú.

–¡Inu...! –grité cuando me tomó en sus brazos– ¿Qué haces?

–Voy a disfrutar de mi regalo.

–Pero si aún no te lo he dado.

–Tú eres mi mejor regalo Kag, que no se te olvide.

Juntamos nuestros labios con aquella complicidad que sólo nosotros conocíamos y me llené de amor.

–Te amo, pero podrías bajarme –sugerí cuando rompimos el beso.

–Claro –dijo empujando la puerta de la habitación– Solo si es encima de esa cama.

Sonreí con malicia sabiendo lo que planeaba.

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(Actualidad)

Desperté con unas horribles ganas de llorar. El dolor que se instaló en mi pecho solo se podía deber a alguien y ese era Inuyasha.

Había destrozado tanto de mí y en tan poco tiempo que dudaba mucho si algún día podría perdonarlo. O perdonarme a mí por no ver cómo era él realmente.

Bajé una mano a mi vientre cuando sentí una pequeña pero certera patada de mi bebé.

–Hola... –musité acariciándola al detalle– Lo sé, no vale la derramar ni una sola lágrima más por el pasado –Cerré los ojos– Por algo que no volverá a pasar...

–¡Kagome!

Me senté de inmediato cuando Naraku abrió la puerta.

–Buenos días linda, ¿cómo amaneciste? ¿Y el bebé?

–Bien...

Solo alcancé a taparme con las sábanas antes de poder responderle.

–Hoy es el gran día –anunció realmente contento.

ENTRE PROMESAS ROTASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora