Little Dragon (➾George Weasley & O/C)

Capítulo 12

Noviembre pasó volando, luego del incidente de la Dama Gorda en Halloween. Creí que por fin podría ver a mi padre, pero al parecer, había vuelto a la fuga. Luego de causar un escándalo en todo el castillo por supuesto.

Algunas salidas a Hogsmeade, más drama de Pansy y Draco; Blaise, Theo y yo escabulléndonos en las cocinas a mitad de la noche, tutorías a Diggory, burlas a los Gryffindor. Nada novedoso.

A excepción de la última carta que había recibido de mamá.

"Mi pequeño Dragón:

Espero que esté bien, cielo. Remus me ha escrito lo bien que te va en clase. Estoy orgullosa de tí.

Lamento tener que escribirte con estas noticias, pero el departamento de defensa me ha pedido que te escriba para mantenerte alerta.

Desean que te mantengas vigilante. Desde el incidente del que me comentaste no hemos obtenido más noticias acá en el ministerio, pero quieren que vigiles para prevenir incidentes.

Yo por otro lado he tratado de ver cómo puedo ayudar al caso, sin embargo no he logrado mucho ya que ahora es fugitivo de la ley.

Cuídate, y yo te informaré si hay alguna novedad.

Te ama, mamá.

P.D.: Ya quiero que sea navidad para poder verte."

La verdad, es que todos creían que mi padre venía a masacrarlos, pero yo secretamente esperaba que viniera por mi. Deseaba con toda mi alma que estuviera recorriendo todo ese camino para venir a buscar a su única hija.

Ese sábado era el último antes de las vacaciones de navidad, así que nos habían dejado bajar a Hogsmade a hacer compras navideñas y pasear por un rato. Me extrañé al ver pisadas en la nieve, pero recordé que Harry no tenía permiso para venir, así que supuse que encontró una manera de escabullirse. Por otro lado, yo me dirigía hacia las Zonkos junto a Theo para comprar unos artículos de broma para usarlos con sus primos para navidad.

...

Narrador en tercera persona

{ Aclaro que el siguiente fragmento es tomado del capítulo 10 del libro de Harry Potter y el Prisionero de Azkaban perteneciente a la autora J.K. Rowling, y una edición de mi parte para que vaya acorde al libro.}

[...]Harry se apretujó entre una multitud de chicos de sexto, y vio un letrero colgado en el rincón más apartado de la tienda («Sabores insólitos»). Ron y Hermione estaban debajo, observando una bandeja de pirulíes con sabor a sangre. Harry se les acercó a hurtadillas por detrás.

—Uf, no, Harry no querrá de éstos. Creo que son para vampiros —decía Hermione.

—¿Y qué te parece esto? —dijo Ron acercando un tarro de cucarachas a la nariz de Hermione.

—Aún peor —dijo Harry.

A Ron casi se le cayó el bote.

—¡Harry! —gritó Hermione—. ¿Qué haces aquí? ¿Cómo... como lo has hecho...?

—¡Ahí va! —dijo Ron muy impresionado—. ¡Has aprendido a materializarte!

—Por supuesto que no —dijo Harry. Bajó la voz para que ninguno de los de sexto pudiera oírle y les contó lo del mapa del merodeador.

—¿Por qué Fred y George no me lo han dejado nunca? ¡Son mis hermanos!

—¡Pero Harry no se quedará con él! —dijo Hermione, como si la idea fuera absurda—. Se lo entregará a la profesora McGonagall. ¿A que sí, Harry?