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╰┈┈┈┈┈┈┈➤ ❝ [ Recopilación de pequeños One-Shots con el personaje de Genya Shinazugawa y rayita que se me vayan ocurriendo con pequeños toques de morado al aire. ] ❞
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Había pasado un invierno bastante frío ese año; pero, terminó justo a tiempo, ya que la primavera ya se notaba por toda la zona de lo que era ese pueblo; dónde cada vez se lograba ver más vegetación y polen alrededor de todas la esquinas que se vieran.
Y, fue por allá en un prado donde se estaba dando a destacar más la estación de la primavera, cuál llena de flores moradas de lavanda regadas por doquier resplandecía sin siquiera quererlo intentar.
Estaba una chica en ese prado, que estuvo aclamando antes por el final del frío invierno. Yace ella en ese prado de flores; en la mañana temprano, después de que su curiosidad la amenazará con matarla si no exploraba en ese lugar. Ella había esperado el momento perfecto para escabullirse hasta ahí, y no pensó en un momento mejor que levantarse un poco más temprano para ir a visitarlo.
El estar en ese prado lleno de flores de lavanda, hizo que se agradeciera así misma por tener la valentía de al fin ir a ese lugar que tanto la llamaba para ir.
Cada que inhalaba sentía el aroma de las flores de lavanda que le hechizaba con darle más ganas de respirar de ese aire. Sentía la brisa que le soplaba junto a las flores del prado; un viento que le desordenaba su peinado. Para ella el estar sola sentada ahí era la plenitud: La forma más exacta de expresar como se sentía en ese prado. Ella respiraba, viendo el paisaje de flores moverse al compás del viento sentada en el cesped y las flores.
—que buena idea fué escapar un rato de casa para venir aquí ¡ésto es el cielo de las flores!— Dijo en voz alta para sí misma.
Adentro de esa esplendorosa paz; ininterrumpida, sola con algunos de sus pensamientos. Sintió el meteorito de una idea caer en picada por su mente, una idea que le pareció tan brillante que provocó un revoloteó dentro de ella cuál estaba más feliz que nunca.
—Y si...— Se sugirió, pensando más en su idea intrusiva.
Se levantó de su lugar de paz y se dispuso a arrancar las flores de Lavanda que estaban a su alrededor; sólo las más bonitas para ella.
『••🪻••』
Había sonado la campana del inicio de las clases y todos los alumnos del horario de la tarde entraban a su salón de clases, las clases eran lo único que no cambiaban, ni por la estación que fuera, ni la hora que se diera, el aula era lo que no cambiaba; exceptuando, su única diferencia ese día, lo que destacaba estaba en uno de los asientos de los alumnos: Un ramo de flores.
