𝐒𝐢𝐧𝐨𝐩𝐬𝐢𝐬:
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Después de la desastrosa llegada de Willow(tú) al hotel, ella terminará haciendo un trato con el famosisimo demonio de la radio pero...
¿En que terminará todo esto?
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...
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Angel levantó los hombros — ¿y dónde carajos vamos a conseguir una pieza de esas? Es más, ninguno sabe a donde ir — miró a los presentes en la habitación — ¿o si? —
La rubia miró por la ventana hacia la ciudad — debe haber algún lugar... Ahora, la cosa es quien va a ir — todos se miraron entre sí.
Me levanté de la cama con la cara ardiendo en fiebre — no es necesario que se tomen el tiempo de hacer eso, en un par de días... — alguien me interrumpió.
— yo iré — soltó cortante y directo Alastor, Husk abrió los ojos para luego fingir que lo que había escuchado no le había sorprendido.
— ¡oh!... B-bien, si Al ira los demás cuidaremos a Willow — soltó la rubia un poco más esperanzada.
Alastor me miró antes de retirarse de la habitación — y tú, trata de no comportarte mal mientras no estoy — se fue. Angel y Husk se miraron entre sí para soltar una sonrisa algo pícara.
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El demonio de la radio no tenía ni puta idea de donde ir a buscar una pieza y menos si esta se trataba de algo tecnológico. Se metió entre las calles más oscuras donde había escuchado de vez en cuando que vendían piezas para creaciones.
Un pequeño demonio algo gordito salió de los acantilados dispuesto a correr pero al ver al pelirrojo se detuvo — ¿TÚ ? ¡Tú! ¿Qué haces por aquí? — reconoció al instante al famoso demonio.
Parpadeo — ¡oh! Es reconfortante que me reconozcan, necesito un favor de tu parte mi pequeño amigo — el contrario salió de la alcantarilla— ¿y en que? —
El más alto se inclinó un poco — busco un repuesto — el gordito saltó — ¡Pues estas hablando con el demonio correcto! Tengo muchos repuestos para maquinas, creaciones nuevas y por si pierdes un brazo ¡Pues tendrás uno nuevo! — llevó al demonio de la radio por más callejones, abrió una puerta y entró a una sala llena de cajas con etiquetas que decían "peligro, no tocar" "en promoción" "baratos".
El pequeño se detuvo — ¡bien! ¿Qué tipo de repuesto buscas? ¿Un brazo? ¿Pierna? ¿Ojo? — se metió a una de las tantas cajas y empezó a buscar aunque no tenía idea de lo que le pediría el contrario.
Alastor suspiró levemente — una cola — el demonio regordete salió de la caja — ¿una cola? — el contrario asintió.
Después de casi una hora y media en una ardua búsqueda, el regordete no encontró ningún repuesto que le sirviera al demonio de la radio — lo siento, pero temo que no puedo ayudarte... —
