𝟬𝟴 | EIGHT, will i live to write it?

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SECOND ACT, EIGHT : ¿viviré para escribirlo?

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SECOND ACT, EIGHT : ¿viviré para escribirlo?

    Fue como si el mundo a mi alrededor se hubiese pausado. Entré en un trance; dejé de escuchar lo que sucedía cerca de mí. No oí lo que Arisu y Usagi le decían a Chishiya. Mirando un punto fijo, mi respiración se entrecortó, y de repente tuve un sentimiento de culpa en lo más profundo de mi corazón.

    Apenas moviéndome un poco, alcancé a ver el cuerpo de Chishiya en el suelo. Seguía vivo. Sentí la garganta seca.

    Parpadeando y volviendo en mí, de inmediato me agaché a su lado con preocupación en mis ojos.

    —¿Por qué? —fue lo único que alcancé a preguntarle, mi voz saliendo en un hilo tembloroso y entrecortado—. ¿No dijiste que jamás te sacrificarías por alguien?

    —Te mentí —me respondió. Su voz estaba debilitada—. Esta vez, quería hacer algo impropio de mí.

    »Quizá sea culpa de las personas que conocí aquí. Personas como Kuzuryu, Arisu... y tú.

    ¿Y yo? ¿Qué había vivido Chishiya mientras no estuve a su lado, para hacer cosas impropias de él?

    —Oye, ¿qué es lo que ibas a decirme? —le cuestionó Arisu de repente. Chishiya, serpenteando su mano con cansancio, alcanzó a tomar la mía. No lo alejé. Le dio un suave y débil apretón, como si quisiese asegurarse de que yo estoy a su lado.

    —Sí... —Hizo una corta pausa, pero que para mí fue lo suficientemente larga como para alterarme. Sus ojos entrecerrados no me ayudaban en nada—. Para mí, es de idiotas tomarse la vida tan en serio. Me gusta molestar a las personas que se esfuerzan.

    Volvió a darme otro apretón. Atenta a lo que decía, y viendo su pecho subiendo y bajando de manera irregular, alzo mi otra mano. Mis dos manos quedan estrechando la de él, haciéndole saber que estoy a su lado.

    »Su buena voluntad me repugnaba. Pero creo que tenía envidia. Ellos tenían algo que yo no. Sentí que me dejaban en evidencia como la persona engreída y vulgar que soy. Les tenía miedo.

    —Entiendo —dijo Arisu.

    —Sabía que dirías eso, Arisu.

    Estando muy concentrados en Chishiya, nos olvidamos de Niragi. Fue por eso que sentí que mi corazón se detuvo un segundo al escuchar su voz otra vez.

    —Las escopetas... no son muy letales, me temo.

    Pero al verlo en el suelo, inmovilizado, y al sentir de nuevo que Chishiya estrechaba mi mano, pude calmarme otra vez.

     »Ni siquiera por error... piensen que soy el villano. Si hubiera siete mil millones como yo, ustedes serían los villanos. Es así de simple.

    —Kyōmi. —Dejé de prestarle atención a lo que decía Niragi, al escuchar que Chishiya me llamaba. Usagi, a su lado y presionando la herida de bala, me miró, asintió con la cabeza y se levantó para quedar a un lado de Arisu. Aparté una de mis manos de la de él, y me encargué de presionar su herida ante la ausencia de Usagi.

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