Keiny.

—se te olvida el Mongolico con el que pasó 4 meses de su vida siendo una cucaracha debajo de su chancleta.

El pone los ojos en blanco y se pone de pie mientras va hacia un cuarto pequeño que tiene 2 camas y me señala que ahí es donde vamos a dormir. La casa era muy grande y tenían varios cuartos, así que no tendríamos problemas con dormir como unas croquetas.

— Será mejor que te cambies no quiero pasarme el día entero aquí mientras todos se divierten afuera —sonrie y me señala la mochila y el baño que estaba al otro lado de la habitación.

Ella estaba acostada en la arena mientras Yeni le echaba protector solar en la espalda.
Se veía jodidamente hermosa, las curvas de su pequeño cuerpo resaltaban más que nunca con ese bikini, por un momento se me había olvidado que estaba bravo con ella y entonces veo como levanta la cabeza y nuestras miradas quedan entrelazadas.

Mis sentidos enloquecen con el golpe de sangre a través de mi sistema y siento cómo mi corazón se acelera cuando me mira y hace un puchero, su cara está colorada del sol y su pelo seniso está alborotado y algunos mechones se le pegan en la cara, cuanto quisiera poder apartarse los yo mismo, y entonces veo como se sonroja más cuando se da cuenta que la estoy mirando fijamente y rápido apartamos los dos la mirada  a la misma vez la mirada.

Entonces yoandrito se da cuenta de la situación y le sonríe a Yeni la cual asiente con una sonrisa pícara y yoandrito va y carga a leisy que estaba tumbada en la arena muy relajada y cuando ve las intenciones de el ella me busca con la mirada suplicando que la ayude y yo sonrió mientras yoandrito la coje en brazos y sale corriendo hacia el agua. Entonces aparece Yeni detrás de mi, me agarra de la mano con una sonrisa a la que yo asiento y dejó que me arrastre.

—¡¿Yoandrito?!— dice leisy pataleando pero a la vez sujetándose para que no la soltará porque estaban en lo hondo y no daba pié.

Yoandrito me mira con una sonrisa pícara y me la entrega, leisy me mira con una cara de  aterrada mientras se agarra a mis brazos como garrapata del perro.

—¡pasen la bien par de tortolitos!— dice y se sambulle .

Entonces veo como ella se revuelve en el agua pero no me mira, se veía hermosa, su cara es redondita y tenía los cachetes rojos y los labios morados por el frío, en ese momento me entraron unas ganas de poder sentirlos juntos con los míos y poder abrazarla para que se le quitara el frío pero solo me muerdo el labio inferior y me saco esos pensamientos de la cabeza.

—¿Porque no me hablaste que venías?— le digo intentando encontrar su mirada pero me ignora

— ¿Importa eso ahora, ya estás aquí? — dice ella mientras pone los ojos en blanco.

— ¿ No intentes hacerte la dura bonita te conozco?

Entonces siento como sus músculos se contraen cuando escucho esa palabra y veo como agacha la cabeza hasta el punto que el agua le tapa la boca y sonrió abiertamente.

—¿ Estás nerviosa?

—¿Q-que yo nooo?— dice tartamudeando.

Veo como ella levanta la cabeza y me sorprende ver lo roja que está, justo más que antes, entonces la suelto y ella se agarra de mi cintura y yo le pongo ambas manos en la cara mientras ella me mira confundida y nerviosa.

—¿ No estás bravo conmigo?— dice mientras acurrucó sus mejillas en mis manos y ella se remueve en el agua .

—Que este bravo no significa que voy a tratarte mal bonita — le doy una sonrisa y veo como le brillan los ojos.

1 Año Sin Sus Besos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora