Donde Seo A-ri, decidió, muy estúpidamente, hacer pagar a Hwang Hyunjin por haberle dejado completamente desconsolada 4 meses atrás. O, donde, Hwang Hyunjin, se da cuenta del grave error que cometió ese viernes de mayo.
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11. who's taylor swift anyway? ( ew )
A-RI HABÍA ESCOGIDO una falda con un patrón de rombos de color púrpura, lo había combinado con un top púrpura, también. Para el frío, se había puesto unas medias veladas de color negro y sobre todo, una chaqueta impermeable bastante cálida, de color negro, que Sun-mi le había regalado. No se había puesto ningún tipo de accesorio, aparte de unas flores púrpuras como aretes y una gargantilla negra con un dije púrpura.
A-ri estaba un poco nerviosa en lo constaba la Colorvivencia, los años anteriores, siempre había contado con la suerte de estar en el mismo grupo en el que estaba su mejor amiga, Soo-ha. Hannah y Sun-mi siempre habían quedado juntas también, sin embargo, ese año, habían quedado en grupos muy diferentes. Soo-ha estaba en el equipo verde, el mismo en el que había quedado Changbin, Sun-mi había quedado en el equipo naranja y para la muy mala suerte de Hannah, había quedado en el equipo azul, junto a Hye-jun.
Cuando estuvo lista, salió de su habitación y bajó las escaleras. Tenía su mochila al hombro y peleaba con la chaqueta (que la traía en manos), su celular y un brillo labial. Se detuvo unos momentos al pie de las escaleras mientras guardaba sus cosas dentro de los bolsillos de la chaqueta. Escuchó pasos saliendo de la cocina, pero no le prestó mucha atención.
—A-ri, buenos días —habló su madre tras ella. La menos dio un salto del susto, pero rápidamente se compuso e hizo una reverencia hacia la mujer—. Esa chaqueta... ¿la compraste? ¿Con qué dinero?
—Mamá —suspiró A-ri—. Es... es un regalo.
—Y aquí vamos de nuevo. Oye, ¿a ti no te da pena que Sunnie te tenga que regalar ropa? ¿Qué, le dices que nosotros no te damos de vestir o por qué siempre te regala cosas? —la mujer resopló, llevando la mano a su frente—. ¡Ay, mi cabeza! ¡Ay! ¡Es demasiado temprano para que me estés alterando, Seo A-ri!
—¡Señora Seo! —saludó alguien desde las escaleras.
A-ri se tensó al escuchar la voz del pelinegro que venía bajando por las escaleras. La menor le lanzó una mirada y quiso gritar al ver cómo venía vestido. Traía un jean azul claro, liso, con dos rotos enormes en las rodillas y, para la muy mala suerte de la pelinegra, tenía un hoodie ancho de color púrpura. Tenía la mitad del cabello negro recogido en una colita de caballo, mientras dos mechones enmarcaban su rostro, cubriendo el piercing en su ceja.
—¡Ay, Hyunjin! —chilló la mujer con sorpresa—. ¡Binnie, no dijo que estarías aquí, cielo! ¿Ya desayunaste? ¿Quieres que te prepare algo?
A-ri hizo una mueca de descontento al ver como su madre trataba al chico pelinegro. El más alto terminó de bajar las escaleras y se posicionó junto a A-ri.
—Ah, no se preocupe, señora, solo venía a dejarle una chaqueta a Changbin, no tenía nada verde —Hyunjin aireó la mano, restándole importancia.
