Despedida Jared/Nadim

Jared

Es verdad lo que dicen, Nadim
Cuando estás al filo de la muerte toda tu vida pasa por delante, rápido, en fragmentos significativos que la marcaron.
Y tú estás en la mayoría de ellos, eso me tranquiliza, eso hace que el disturbio y el olor a pólvora ya no sean tan importantes, y que el pedazo de madera incrustado en mi pecho no se sufra tanto, así que me dejo llevar, me dejo transportar a esos momentos, a esos recuerdos en los que tú estás presente.

Cuando te reencontré en aquel barco hace diez años, no pensé que te volvería a ver, al menos no así, no fuera de Rydia. Te ofrecí mi ayuda, después de todo Zahara también era mi amiga.
Todas las veces que anclamos en un lugar nuevo, rezabas para encontrar a tu otra mitad, siempre era deprimente verte volver al Angelique con el corazón aún más roto. Pero nunca te diste por vencido. seguiste navegando con esperanza. Eso encendió en mí una pequeña chispa, admiré siempre tu determinación así que yo también me esforcé.

Pero nos atrapó el idiota del rey, estaba listo para morir allí, para dejar ir mi venganza y abandonarlo todo, o eso creí, porque cuando el filo de la espada estuvo muy cerca de tu garganta temí por tu vida, quise golpearlo, apuñalarlo, arrancarle la cabeza, cualquier cosa para alejarte del peligro. Ese día descubrí que tal vez lo que sentía por ti era mayor que una gran amistad.

Lo confirmé el día que te hirieron por salvar a Zahara, ese día casi te pierdo, fue el día en el que tuve más seguridad en que todo se acabaría para ti, me pasé todas las noches rezando, implorando a las estrellas, pegado a la cama en la que reposabas, no quería alejarme, no podía dejarte solo, aun inconsciente quería hablarte, recordarte que había motivos para continuar, para seguir adelante.
Cuando tuviste que hacer tu elección en ese manantial, seguí rezando, rogando para que tú aceptarás vivir, para que no te rindieras a los brazos de la muerte sin más. Y me sorprendiste, una vez más, saliste tú mismo caminando, al momento exhale un gran suspiro de alivio.
Y yo también me sumergí, la misma agua que te salvó, me enseñó las respuestas que necesitaba. Salí del manantial pero estaba roto, no me podía ni mantener en pie, y allí estuviste para mí, toda la noche, consolándome, dándome apoyo. Tú fuiste lo único que me logró mantener cuerdo en ese momento, me mantuviste a flote como siempre, esa vez casi cedo a mis impulsos de convertir ese abrazo eterno en algo más.

Esa noche antes de dormir una parte en mí se quebró, pues entendí que sí tú morías, yo no podría superarlo, jamás, y me quedaría aún más roto de lo que llevo años estando, me quedaría viendo tu fantasma por toda la eternidad.
Por eso me alegro Nadim, de ser yo quien se va primero, porque sé que tú podrás con esto, porque eres más fuerte que yo, eres más fuerte de lo que piensas.

La capitana del libertad acuna mi rostro, me mantiene cálido. Ella sabe que se acerca mi fin.

Abro los ojos, intento buscarte, mover la cabeza para ampliar mi visión, aunque solo logro aumentar mi dolor y me lastima un poco más notar que no estás cerca, que no importa que tanto grite Diandra pidiendo ayuda, tú no vendrás, seguro estás lejos en el justicia, preocupante por los que están alrededor, me hubiera gustado ver una vez más tu rostro, tocar tu cabello y tal vez atreverme a decirte lo que tanto tiempo me llevo guardando.

No sé qué habrá después de esto, no sé si sea cierto lo que tantas veces me contaste, espero que sí, espero convertirme en polvo de estrellas, o en parte de la mar. Para poder seguir acompañándolos, acompañándote.
No quisiera que nuestra historia termine aquí, aún quiero seguir, estar presente en la coronación de Kay, navegar a los mágicos lugares que Collen me marque, beber con Rick mientras contamos historias de antaño, meterme de vez en cuando entre las apuestas de Tayeb y Sabir, probar los nuevos platillos de Harren, ver la magia de Owain correr por sus dedos y tratar de entender de que habla siempre con Gavin.

Pero ahora tú tendrás que encargarte.
Se fuerte, ellos te necesitan.

Te estaré esperando Nadim, pero por favor, tarda en llegar a mí.
Todavía te queda mucho camino.

Ha sido un honor.