Kim Minji odia las cosas del amor, y sobre todo, las novias. Su madre desea que tenga una pareja para que así sea feliz y deje de ser tan amargada, así que decide "alquilar" a una chica con una preciosa sonrisa, Kang Haerin, para que sea la novia de...
Minji salió de clases bostezando, sintiéndose más cansada de lo normal, cuando alguien la tomó del brazo para detenerla. Se giró, encontrándose con una vietnamita, y miró a Hanni frente an ella, que la miraba con el ceño ligeramente fruncido.
—¿Qué pasa? —preguntó confundida.
—Necesito que me ayudes —dijo Hanni soltándola.
Minji se quedó un momento en silencio.
—No tengo condones, Hanni.
El rostro de la chica enrojeció.
—¡No es eso! —lloriqueó como una niña pequeña—. ¡Por favor, Minji, si me ayudas yo te ayudaré!
—¿Y en qué necesito tu ayuda, mocosa calenturienta? —replicó Minji.
—¡Con Hae! —chilló Hanni tomándola del brazo—. ¿Crees que no lo noto? ¡Están peleadas!
Minji soltó un bufido, incrédula, haciendo una expresión irritante.
Sin embargo, no negó lo que estaba pasando. No era como si hubiera peleado con Haerin, simplemente era que... bueno, Haerin parecía escapársele de las manos por momentos. Como si en un instante todo estuviera bien, como si no hubiera problema alguno, para luego mirar hacia otro lado y hacer como si no fueran nada.
Y eso dolía, aunque nunca lo admitiera.
—¿Cómo quieres que te ayude? —preguntó Minji entre dientes.
—¡Quiero sacarle celos a chick! —los ojos de Hanni se aguaron—. ¡Desde que conoció a la tonta hiperactiva que no me presta atención! Y Hyeinnie te odia, así que-
—¿Quieres que engañe a Haerin? —Minji la observó.
—¡No! ¡Jamás le haría eso a Hae! —la expresión de Han cambió a una ofendida—. Sólo quiero que coqueteemos, nada más —luego, puso una sonrisa pequeña—. ¿Nunca has visto a Haerin celosa, Minji?
Hubo un pequeño momento de silencio.
—Cuéntame más, minion.
***
A la hora de almuerzo, mientras Minji y Danielle almorzaban juntas en tanto Yunjin y Chaewon se daban un revolcón en el baño, Hanni llegó sonriendo.
Se sentó al lado de Minji, ignorando a Danielle, para mirar a la azabache.
—El cabello así te queda hermoso, Minji —dijo Hanni sin borrar un poco su sonrisa, pasando sus dedos por el cabello de la aludida.
Danielle las miró, enarcando una ceja.
—Gracias, Hanni —Minji observó su almuerzo—, pero me gusta más tu cabello —lentamente, Minji cruzó su mano por su nuca—. Te ves realmente preciosa.
Las mejillas de Hanni se ruborizaron.
—¡Hyeinnie! —la voz de Danielle las interrumpió.
Hyein se apareció con el ceño fruncido, viendo primero a Hanni y luego a Minji que apenas la saludaron, todavía mirándose.
—Nini, siéntate conmigo —dijo Hyein, fulminando con la mirada a Minji.
Hanni la miró con desagrado.
—Estoy bien aquí —y sorprendiendo a todas, Hanni se puso de pie para dejarse caer sobre las rodillas de Minji—. Minji realmente me presta atención.
—¿Cómo no te prestaría atención? —Minji enarcó una ceja.
—¡Eres tan encantadora, de ver-!
—¿Interrumpo algo?
Todas se giraron lentamente para ver a Haerin de pie ante ellas, mirando la escena sin expresión alguna en su rostro.
Luego, sus ojos se posaron en Hanni, y de forma escalofriante, sonrió dulcemente.
Sin embargo, su sonrisa asustó a todo el mundo. No había calidez en ella, ni ternura, sólo algo parecido a odio.
—Disculpa, Hanni, pero ¿puedo saber por qué estás sobre mi mujer?
Minji sintió que había firmado su muerte.
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