Accidentalmente enamoré al villano

Prólogo

Nada en la vida era fácil, en ningún lugar del mundo y estaba segura de que tampoco en ninguna época del mundo. Sabía que todos tenían sus problemas y no le gustaba juzgar los problemas de los demás, pero... no podía parar de pensar que el problema que tenía en este momento era uno de sus peores momentos.

El sentimiento de hambre no era algo nuevo para ella, este era un viejo amigo que no se encontraba desde hace mucho tiempo, aproximadamente desde la última vez que vio a sus padres. No los recordaba claramente para ser honesta consigo misma, un hombre alto moreno de pelo negro y una mujer bastante baja y blanca de pelo café; solamente eso recordaba, no recordada sus caras ni sus personalidades. Desde que ella era prácticamente una bebé se le diagnosticó cardiopatía congénita, una enfermedad que atacaba su corazón y estamina de manera constante. Haciendo que ella prácticamente viviera en el hospital, sus padres casi nunca estaban con ella y la persona que la cuidaba no la maltrataba, pero tampoco había hecho un vínculo con ella.

Sus padres para no estar presentes y probablemente por un cargo de consciencia le daban todo lo que pedía, así es como conoció a su único consuelo: las historias de romance. Pero no cualquiera, si no las historias de fantasía con protagonistas femeninas, protagonistas como ella.

De libro en libro se perdía en las historias, magia, dragones, luchas, realeza, amores imposibles. Pero, sobre todo, gente que era libre. Eso era lo que la cautivaba, gente que podía hacer lo que deseara sin ser detenida por su propio cuerpo.

Su historia favorita era "Mi adorado emperador", la historia que trataba sobre una santa que se enamoraba del emperador reinante y que tenía que vencer a los habitantes del bosque oscuro, una variedad de gente de orígenes mágicos que odiaba al imperio y rivalizaba contra ellos con todo y los distintos tipos de magia que poseían. En el camino de esta protagonista estaban una gran variedad de antagonistas y villanos. Sin embargo, los dos villanos más prominentes eran el rey draconiano, un hombre que cohabitaba con dragones de distintos colores y tamaños. Y la hermana de la muerta prometida del emperador, quienes venían de una casa de alta alcurnia que rivalizaba en poder y dinero con la corona misma.

— ¡-ña...! ¡Oye, niña! —El grito de un hombre la apartó de sus pensamientos. Aunque el enorme hombre que estaba a centímetros de su cara era aterrador por la ira atrapada en sus ojos, lo que más la sorprendió fue sus alrededores, lo que sus ojos alcanzaban a ver mostraba un sucio callejón, con basura y ratones que corrían de un lado a otro.

De pronto el extraño que le había estado gritando hace poco tiempo, mostrando un cabello entre rosa y café le agarró de la camisa para volver a llamar su atención — ¿Cuántas veces te tengo que repetir que no robes de mi basura? ¡Espantas a mis clientes, mocosa! —Este gritó, ella no sabía a qué se refería hasta que algo cayó de sus manos que no había notado que estaba sosteniendo. Pan, un trozo de pan que por lo que ella podía ver tenía moho.

¿Ella había estado comiéndose eso? No recordaba haberlo tomado siquiera, era bastante extraño. Se sentía desorientada y su cuerpo dolía de una forma que no le era familiar. Pero todo eso tenía que esperar, ella en este momento estaba en manos de una situación donde sentía que sería lastimada, ella no tenia fuerzas para hacerle frente así que debería de buscar a... nadie, no había nadie a su alrededor. Al otro lado del callejón no miraba a nadie pasar, era ella y él. Su cuerpo en ese momento sintió un flujo de peligro, esta situación era un tipo de terror profundo que no podía explicar. Sentía como poco a poco el aire le dejaba, como su corazón estaba esforzándose de más...

De un momento a otro, el hombre le quito las manos de encima y fue lanzado hacia una pared a un lado, quedando efectivamente inconsciente. Una mujer encapuchada apareció de la nada a espaldas del hombre, podía ver cómo esta tenia una cabellera de un color brillante de tono anaranjado, sus ojos de un verde profundo que la contemplaban como si ella fuese lo más preciado para ella, como si fuesen... familia.

—Gracias a Dios, Nicky. —Decía la extraña mientras la abrazaba con fuerza, cosa que la hizo toser ya que sintió su dolor aún presente — Perdona, lo siento, querida. No puedo creer que... No, espera — La extraña batallaba con sus propios pensamientos y sus palabras —Primero tengo que verificar que estés bien... —La mirada de la extraña se volvió preocupada mientras analizaba su estado.

En ese momento ella misma se miró, no había tenido tiempo de hacerlo con el problema en mano, sus manos eran irregularmente pequeñas como la de una pequeña niña, su piel era un poco mas bronceada de lo que ella era originalmente, de una manera mas saludable; andaba puesto una especie de vestido blanco extremadamente roto y sucio, y no andaba puestos ningún tipo de zapatos.

Le llamó la atención la extraña cuando estiró la mano hacia ella, diciendo — Tu cabello... ¿Esos malditos lo cortaron? Cuando mamá se entere... — Se calló. Prosiguió de otra manera — Vamos a hacerlos pagar, Nicky. No se saldrán con la suya, —En ese momento el hombre de hace un momento empezó a hacer quejidos y llamo la atención de ambas — empezando por este. —Sentenció ella.

No tenia idea de qué estaba pasando, pero algo en lo profundo de su mente le decía que estaba segura, que la mujer no le haría daño. En el momento en que procesó el pasar del peligro suspiró, dejando que su cuerpo se relajara. Sin embargo, al parecer su cuerpo no estaba preparado para tal alivio ya que sintió cómo poco a poco perdía la consciencia, cayendo de rodillas y luego precipitándose al suelo.

— ¡Nicholeta! —Fue lo ultimo que escucho, el grito de la extraña mientras se abalanzaba hacia ella.

Esta bien, ella me cuidará...

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NOTAS DE LA AUTORA:

AO3 (Para leer en otro lado si deseas): https://archiveofourown.org/works/54573694/chapters/138279430

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