Estaban a finales de julio y el calor era tremendamente sofocante.
La oficina sería un horno si no hubiera hecho caso a Mob de contratar el aire acondicionado. Ahora con la ayuda extra que Serizawa daba a la oficina era más fácil costear algunos servicios. Aún así, tampoco pecaría de imprudente teniendo el aire acondicionado encendido todo el día o al máximo, sobre todo cuando solamente se encontraban dos adultos trabajando.
Los dos miembros más jóvenes del grupo ya disfrutaban de sus vacaciones, y ambos habían solicitado tiempo libre para pasarlo con sus familias. Reigen no se podía negar, los chicos trabajaban hasta el cansancio para lograr sobrellevar la oficina y sus tareas diarias. Se sentía realmente orgulloso de ellos, habían crecido tanto, sobre todo Shigeo.
- Reigen - una paleta de hielo se posiciono frente a él, había pasado tanto tiempo perdido en sus pensamientos que no se percató cuando Serisawa volvía de la tienda - Espero que te guste el helado de limón - ofreció acomedidamente el moreno.
- Gracias - sonrió el joven rubio y tomo la paleta, había pasado ya casi un año trabajando con él y no le dejaba de sorprender lo detallista que podía llegar a ser.
Dejo su escritorio y acompaño a Serisawa en la sala de espera sentándose a su lado. Ambos disfrutaban de la compañía del otro frente al pequeño ventilador que lanzaba aire para ellos, sin decir nada... al menos con palabras.
La mirada del esper estaba sumergida en los labios de Arataka y la forma suave y delicada con la que se deleitaba con la golosina. Ya hacia rato que se tenía en cuenta que algunos de los gestos de su jefe le hacían perder la concentración.
A pesar de no decir nada, ni incomodarse, Reigen se sabia observado. Y con más ahincó relamía la paleta y el dulzor que quedaba en la comisura de sus labios. El calor que emanaba de su boca, combinado con el ambiente, hizo que el helado se derritiera en instantes.
Katsuya suspiró, hacia demasiado calor ahí.
- Me estoy sofocando - mencionó Arataka desanudándose con lentitud la corbata a la vez que desabotonaba los primeros dos botones de su camisa, dejando ver lo largo que era su cuello y como se asomaba su clavícula.
El único que estaba presenciando aquel espectáculo, trago pesado. La paleta que todavía no terminaba estaba a punto de derretirse en sus manos...
Reigen se había dado cuenta de lo que sus acciones estaban desencadenando en el psíquico y le gustaba. Su curiosidad astuta le incitaba a ver hasta que punto podría llegar.
Siendo como era Reigen, Katsuya no pasaba desapercibido ante sus ojos, sin embargo hasta ese momento pensó que sólo era una atracción leve, pero no era así.
Podría ser por el calor y la pesadez del aire en la habitación, pero en ese momento lo inundaba un profundo deseo de besar y ser besado por los labios de Serizawa.
Su teléfono sonó. No escondió su cara de decepción y contesto.
- Si, claro comprendo, no se preocupe podemos reagendar en el momento que usted desee - Que afortunado accidente, el único cliente que tenían agendado esa tarde tenía su vehículo estropeado y no podría asistir.
Reigen se levantó de su asiento y pasó enfrente de Serizawa quién se refugió en su helado para tratar de desviar su atención de las fantasías que ocuparon su mente.
- Eres muy lento comiendo eso, se va a derretir - dijo el rubio lamiendo rápidamente una gota escurría al costado de la paleta, sin dejar de ver a los ojos a su compañero - esta fresco - se relamió los labios ante la mirada atónita de el esper.
El corazón de Katsuya se detuvo por un momento, cuando Reigen se inclinó nuevamente a lamer la paleta que se estaba derritiendo por el calor.
- La grosella también es un sabor muy refrescante - se reincorporó tratando de recoger el cabello que le había caído sobre la cara.
Diantres... su curiosidad y su deseo lo estaban matando, pero no quería ser intrusivo con Serizawa.
Podría ser que sólo era el calor que nublaba sus sentidos, e inconscientemente agito su camisa a la altura del pecho dándose un poco de aire.
El hombre alto y moreno, seguía mudo. Parecía que hasta ahí había llegado su suerte...
De pronto en un movimiento vertiginoso, Reigen terminó acostado en el sofá debajo de Serizawa, este último lo tomo suavemente de la cintura y levantándolo un poco lo recargo contra la pared.
- E-s- Estas demasiado sonrojado - le dijo mirando sus labios - creo que necesitas refrescarte más - comió el último trozo de hielo que quedaba en el palito de madera y de forma suave coloco sus labios sobre los de Arataka y le traspaso la parte que aún no se lograba derretir en su boca.
Se separó un poco del rubio, que para su sorpresa había correspondido el beso.
- Fresco - dijo Reigen en un suspiro y se apresuró a regresar a los labios de Serizawa.
Pronto los dos perdieron la conciencia de lo que estaba sucediendo, y el beso comenzó a volverse intenso y apasionado. Sus lenguas comenzaban a chocar entre sí, en un vaivén de caricias que no sólo se quedaban ahí.
Las trémulas manos de Serizawa seguían con el trabajo que había comenzado Reigen y desabotono por completo su camisa, quitándole hábilmente la corbata en el proceso.
Pronto dejo su torso descubierto frente a él, y no tardó en comenzar a propinar besos y mordidas en el cuello. Sus manos se posicionaron en la cintura de su jefe, tocando su piel... era tal como la imaginaba.
Reigen se incorporó y dejó bajo de sí al moreno. No le molestaba estar abajo, pero quería ver su rostro sonrojado desde arriba... y el espectáculo era simplemente delicioso a la vista. Se acomodo sobre sus piernas, dejando sus caderas al contacto.
Ambos sentían como sus pantalones apretaban, pero no tenían prisa... se dieron el tiempo de escudriñar en cada parte del torso del contrario.
Reigen gemía mientras los labios de su ahora amante jugaban con sus pezones, mientras sus masculinas manos acaparaban su espalda y llegando a sus asentaderas.
Las cosas en la habitación comenzaban a levitar...
- Calma - le dijo Arataka acercándose a su oído - ponme atención a mi Katsuya - y comenzó a mover sus caderas restregando sus suaves gluteos contra la abultada entrepierna de su compañero.
Las cosas cayeron abruptamente mientras el mayor de ambos suspiraba un gentil gemido - Arataka... yo - soltó con excitación...
Reigen beso gentilmente a Katsuya.
- Vayamos a mi departamento - lo invito con una sonrisa y el otro asintió con alegría.
Se miraron a los ojos, no había nada más que decir, lo obvio estaba en la mesa...
No podían pasar un día más, el uno sin el otro.
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Tenía esta idea en la cabeza el otro día que comía una paletita de hielo...
Los personajes no son míos, son de One-sama ♥
Soy malísima desde siempre describiendo lemon, pero bueno, le dejo el resto a su febril imaginación :B
Chau!
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Verano
RomanceA veces el calor nos hace buscar otras formas de refrescarnos... ReigenxSerizawa Oneshot