Prólogo

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Madre, es la primera figura en nuestra vida que amamos, la que nos enseña todo lo que sabe y es la persona que se dice que te amara sin importar lo que hagas o seas. Padre, la persona que te enseña a ser fuerte en la vida además de protegerte de todo lo que te haga daño.

Pero, nosotros nunca supimos el significado de una familia, ni del amor de un padre o una madre. Solo fuimos tres hermanos a nuestra suerte, viviendo en un hogar lleno de traumas y gritos sin amor y apoyo alguno.

Soy Thomas Weissberg, el hijo mayor de un matrimonio fallido. Fui condenado a tener el peso de salir adelante con mis dos hermanos pequeños. Después de que mi madre nos abandonara, viví con mis hermanos en casa de mi padre, los regaños y gritos no parecían tener punto final, me vi obligado a dejar la preparatoria para poder criar de mis hermanos, mi padre era un alcohólico que se aprovechaba de su autoridad para agredir físicamente a mi hermana, me es imposible buscar un trabajo o estar fuera de esa casa sin mis hermanos, sabia lo que pasaría.

Un día tomé la decisión de salir de ahí, tenía diesiciete años, mis hermanos nueve, ambos son mellizos, no podía soportar el hecho de pasar hambre para que mis dos hermanos pudiesen llevarse un trozo de pan a la boca y sobretodo aguantar los gritos de mi padre pasado de copas, culpando me como la principal razón por la cual nuestra madre nos abandono.

Una madrugada tomé mis cosas junto a las de mis hermanos y los ahorros que tenía escondidos para mí universidad, no era tanta cantidad, pero me serviría para poder sobrevivir unos meses con mis hermanos y pagar un departamento alejado de la ciudad, ya que las rentas solían ser muy costosas y me seria imposible encontrar un trabajo para pagarlo. Tomé a mí hermana entre mis brazos y a mí otro hermano de la mano y salimos de ese lugar tan sofocante.

Recuerdo tan bien esa madrugada, el cielo despejado, estrellas alumbrando el cielo oscuro, aire fresco y este moviendo las hojas de los árboles, me daba una sensación de libertad, la libertad que tanto esperaba tener, alfin la había conseguido. Aunque estaba consciente que desde ahora nada sería fácil, tomaría el lugar de mi padre y de mi madre para criar a mis hermanos, estaba dispuesto a darles una mejor vida, sobretodo amor, el amor que me hizo falta la gran parte de mi vida.

Sangre y Lealtad Donde viven las historias. Descúbrelo ahora