nina
Me levanto para estudiar el examen de tecnología que tengo el martes, no he podido pegar ojo pensando lo que pasó con el asqueroso de Beltrán. He preferido no denunciarlo, primero porque su padre es el comisario y no va a permitir que su hijo tenga ningún antecedente, cuando también va a opositar para policía y le quitaría toda posibilidad de serlo y segundo porque sus padres y los míos son íntimos de hace. . muchos años y no me gustaría ver a mis padres envueltos en denuncias y juicios contra sus propios amigos, pero espero algún día vengarme yo misma y hacerle pagar por lo que me hizo.
Antes de estudiar decidió bajar a la cocina a desayunar algo, mis padres están desayunando y me siento con ellos deseando que me pregunten de todo menos por la fiesta de anoche.
- ¿Qué tal la fiesta de anoche cariño? ¿Lo pasaste bien? - me pregunta mi madre y yo intento ponerle la mejor cara posible ocultando que en realidad era la peor de mi vida y sabiendo que estaba claro que me iba a preguntar por anoche.
-Sí, mamá, muy bien-le respondo más bien seca poniendo los ojos en blanco.
- ¿Cómo que te viniste a casa con Rodrigo? ¿Que estais...? - dice insinuando.
- ¡Pero qué dices mamá! - respondo cortándole antes de que acabe la frase.
-Ah bueno... Rodrigo es un poco travieso, pero siempre ha sido como un hijo para nosotros lo queremos mucho, ¿verdad Antonio? -le pregunta a mi padre que está desayunando mirando su teléfono del trabajo.
-Eh... si claro, Rodrigo es nuestro ahijado y la familia Santana son como de la familia. - Añade mi padre también entusiasmado.
-! ¡Que no estamos juntos! si ni siquiera me cae bien, me trajo su chofer a casa porque estaba cansada y aburrida en la fiesta... ya está, no le deis más vueltas. - respondo bastante malhumorada.
Mi padre ni se inmuta con mi respuesta y sigue con el teléfono y mi madre asiente con la cabeza y le da un mordisco a su tostada de jamón con aguacate sin volverme a insistir.
Desayuno en silencio alegrándome de que mi madre no pregunte por el vestido y vuelvo a mi habitación para estudiar y al entrar en mi habitación, me doy cuenta que está en el diván la americana de Rodri, la cojo, la huelo y al olerla, un sentimiento agradable me recorre todo el cuerpo y mi cabeza vuelve a esta noche donde estábamos los dos en mi cama besándonos con tanta pasión. Esos besos prohibidos y adictivos, si mi hermano supiera lo que pasó lo mataría. Al instante que pienso en mi hermano, me acuerdo de lo que dijo Beltrán sobre las drogas, así que me voy muy enfadada hasta su habitación, son las diez de la mañana y sabiendo lo tarde que volvió Borja a casa, sé que está durmiendo, entro en la habitación y está todo oscuro con un calor infernal y su traje esparcido por el suelo.
- ¡Despierta tenemos que hablar! - le digo tirando de la sabana. La relación entre mi hermano y yo es muy básica. Él tiene su vida y yo la mía, mis padres siempre se han centrado más en mí, sobre todo mi madre y su afán de tener una hija perfecta. Desde pequeña me han llevado a muchos anuncios, he sido imagen de moda de grandes marcas, mi madre siempre controla todo lo que pasa en mi vida, controla mi imagen, mi dieta y todo en general. Siempre tengo que estar perfecta y ser perfecta es una mierda. Mi hermano en cambio es libre, él puede hacer lo que le dé la gana y mis padres no le controlan nada siempre y cuando no dañe nuestra imagen de familia increíblemente perfecta.
-Qué haces en mi habitación? ¡Sal! -me grita enfadado cogiendo la sábana de nuevo y tapándose.
-Quería hablar contigo sobre algo...- Le digo mientras él me ignora volviéndose a dormir.
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Nadie duele para siempre
RomanceLa vida de Nina Rivera es perfecta; unos padres que la adoran, un físico envidiable y unas buenas amigas. Todo es perfecto en su maravillosa y multimillonaria vida, salvo por el arrogante, rebelde y mujeriego ahijado de sus padres; Rodrigo Santana...