Sant Martí, Barcelona
Marzo del 2028Violeta abrió una de las ventanas de su piso nuevo y automáticamente una brisa de aire fresco le golpeó la cara haciéndola sonreír.
Suspiró profundo llenando sus pulmones de ese aire con olor a mar tan similar al de su amado Motril.
Casa nueva, ciudad nueva y vida nueva.
Aún estaba todo el piso lleno de cajas, la gran mayoría llenas de sus pertenencias después de haber recorrido cientos de kilómetros, pero alguna que otra recién embalada con muebles recién adquiridos en Ikea.
Tenía mucho trabajo por delante para convertir aquel pequeño piso en un hogar, pero a la pelirroja no le importaba ni lo más mínimo, la ilusión estaba muy por encima de todo.
La mudanza estaba siendo más dura de lo que en un primer momento parecía, y más teniendo el cuenta que el nuevo piso de Violeta se trataba de un cuarto sin ascensor, aunque por suerte la empresa de transportes le había subido al piso lo más voluminoso y pesado que habían traído en la furgoneta de mudanzas.
De todos modos aún le quedaba a la motrileña descargar todo lo que llevaba en su coche: maletas, bolsas, mochilas, cajas pequeñas...
Aunque por lo pronto con subir las tres maletas con la ropa y las bolsas con las sábanas para hacer las camas suficiente, el día siguiente con más energía ya terminaría de subir todo a su nueva vivienda.
-Mamá... Tengo hambre... -Se quejaba el pequeño rubito de 3 años viendo como su madre después de bajar de nuevo a la calle hacía malabares para entrar tres maletas y dos bolsas con la ropa de cama al portal del edificio.
-Ahora cuando subamos esto a casa cenamos, tú no te preocupes. -Le respondió la pelirroja consiguiendo por fin entrar todo al portal y cerrando el coche que por suerte había podido aparcar a pocos metros de la entrada del edificio.
-No hay acensor. -Observo hábilmente el niño percatándose que el subir todo al piso nuevo iba a costar bastante más de lo que a él le gustaría.
-Pero no pasa nada, lo subimos por las escaleras.
-Pero pesa mucho eh mamá. -Respondió el niño con un acento igual de marcado que el de su madre.
-Oye pero la mamá está muy fuerte y puede con todo.
Antes de que el pequeño pudiera responder nada, una chica morena de una edad similar a la de Violeta entró al portal con la mirada fija en su teléfono móvil, y a punto estuvo de tropezarse con una de las maletas.
-Fuck... -Dijo en un perfecto inglés y levantó la vista mirando de arriba a abajo a Violeta sin ningún disimulo. -Esto no lo puedes dejar aquí en medio eh.
-Ahora lo subo a mi piso, no te preocupes que no te va a molestar más. -Respondió la pelirroja con un tono hastiado.
-¿A tu piso? ¿Acaso vives aquí?
-He alquilado el cuarto.
-Holy shit... The last thing I needed today... -La morena volvió a hablar, en un inglés perfecto y con ironía en sus palabras, desapareciendo escaleras arriba y sin importarle ni lo más mínimo que la motrileña todavía estuviera escuchándola.
Violeta suspiró con frustración.
Si esa se suponía que era una de sus vecinas la convivencia tenía pinta de que iba a ser menos pacífica de lo que le gustaría.
Que chica más gilipollas.
-¿Por qué esa chica hablaba raro? -Rompió el silencio el pequeño que se había mantenido al margen durante el primer encuentro de su madre con una de las vecinas del edificio.
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Ella siempre me entiende [Kivi]
Fanfiction"El problema es que la gente no me entiende, no entiende mi manera a veces de ser supongo". Que suerte que el destino caprichoso puso a Violeta en la vida de Chiara, y todo empezó a cambiar para ambas.